Vuelven a fallar los rusos

MOSCU.- Rusia utiliza diversos equipos para tratar de liberar a la tripulación de un submarino nuclear atrapado en el fondo del mar de Barents.

Hasta ahora los rescatistas han tratado con cápsulas subacuáticas, pero las fuertes corrientes y la posición en que el Kursk yace en el lecho marino evitan que se pueda enganchar a la nave a la cual, según cálculos de expertos, hoy se le terminará el oxígeno.

Tras repetidos fracasos de la pequeña cápsula Priz, cuya capacidad es de nueve personas, la marina empezó a usar ayer una cápsula mayor llamada Bester, de 50 toneladas, que puede llevar a 20 personas.

Rusia tiene también otro aparato llamado Kolokolchik, una versión sofisticada de las antiguas campanas de buceo. En teoría, los tripulantes del submarino podrían ponerse trajes de buceo para aguas profundas, salir por los tubos para torpedos o una compuerta, y entrar en la campana.

Pero el submarino está a más de 100 metros de profundidad, donde la oscuridad les dificultaría encontrar la campana. Además, oficiales de la marina dijeron que no hay suficientes trajes de buceo y que los tripulantes no sobrevivirían a las heladas aguas aunque los tuvieran.

La marina considera también la posibilidad de bajar enormes artefactos inflables para hacer flotar a la nave de 13 mil toneladas, al menos a un nivel que facilite los esfuerzos de rescate.

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