Vuelve a los 63 años al comercio del sexo

AutorJorge A. Pérez

Hace 32 años Leticia fue llevada por su marido al Jardín de Loreto para obligarla a convertirse en sexoservidora.

Ahora tiene 63 años y a pesar de que se retiró de la profesión por nueve años, la necesidad la devolvió al parque desde donde mira el último ciclo de su vida.

"Nunca he tenido todos los años seguidos, me he retirado varias veces, he trabajado en casas, pero regreso", dice.

Viste con una falda y suéter de lana, los zapatos de piso que usa resaltan lo cansado de sus pies y las crecidas varices en sus pantorrillas.

Mientras platica mira hacia arriba cuando recuerda cómo inició en el sexoservicio y sus gestos cambian, entristece y luego se llena de coraje.

"El papá de mis hijos fue el que me trajo aquí, a esta vida; él le dijo a mis hijos que era un santo y yo de lo peor; nunca le gustó trabajar.

"Cuando mis hijos eran chiquitos yo me ponía a trabajar, pero conforme pasó el tiempo un día me dijo que si yo en realidad lo quería se lo demostrara y me trajo a este jardín, me lavó el coco bien bonito", relata.

Leticia dice que nunca pensó en cómo iban a ser los años que se avecinaban, la forma en que la edad le afectaría.

"La verdad ahora la cosa ya es muy difícil, por ejemplo toda...

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