De vuelta a una vida normal

AutorMaría Fernanda Torres

Como cualquier niño de 12 años, Luis Gael disfruta andar en bicicleta y reunirse con sus amigos para jugar en el parque.

Pero hace cinco años, su estado de salud lo mantenía prácticamente recluido en casa sin poder realizar actividades físicas ni visitar áreas públicas.

Al nacer, el primogénito de la familia Gutiérrez Delgado, presentó fiebre, luego, manifestó diarreas, sangre en sus deposiciones, sangrados nasales, petequias (pequeñas manchas rojas en el cuerpo) y hematomas, principalmente en las piernas.

Para el medio año de vida, el hijo de José Luis y Cynthia Mariana, ya había padecido inflamaciones de sus articulaciones y cuadros repetitivos de sinusitis y otitis.

"Decía que mi hijo había nacido delicado, que era un niño enfermizo porque a cada rato se enfermaba del estómago y siempre tenía dermatitis. Al principio pensé que la leche le caía mal, que el detergente de la ropa le daba alergia y que los pañales le causaban rozaduras", comparte la mamá de Luis Gael.

"Los oídos se le reventaron varias veces cuando era bebé, pero no lloraba, sólo de repente veía que le salía líquido de sus oídos. De recién nacido dormía hasta seis horas seguidas, y se me hacía muy raro que no despertara para comer".

Después de varias consultas pediátricas, y de intentos fallidos por aliviar los síntomas con remedios caseros, a los siete meses de edad se le detectó trombocitopenia (disminución de la cantidad de plaquetas en el torrente sanguíneo). Recibió tratamiento para aumentar la producción de plaquetas, pero sin éxito. Entonces, fue sometido a diversas pruebas de laboratorio.

Finalmente, luego de siete meses de estudios, las inmunólogas pediatras María del Carmen Ayala y Tamara Staines Boone del Servicio de Inmunología de la UMAE 25 del IMSS, determinaron que Luis Gael padecía el síndrome de Wiskott-Aldrich, un tipo de inmunodeficiencia primaria especial ocasionada por una alteración genética que disminuye el número de plaquetas.

"Cuando (los médicos) nos dijeron que tenía una enfermedad muy rara, yo no entendía de qué se trataba, no sabía la magnitud de su padecimiento", expresa la joven madre, mientras señala que en ese momento su pequeño tenía un año cuatro meses de edad.

"Aunque me dijeron que era muy grave y que mi hijo podía morir, siempre pensé que sanaría".

Hasta entonces, la familia de Luis Gael supo que sus infecciones recurrentes eran provocadas por un defecto en su sistema inmunológico.

Esperanza de vida

Un día, a los 6 años de edad, Luis...

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