De Vuelta al Ruedo / ¿Y tu mamá también?

AutorMartha Figueroa

Ni guarura ni pistola ¡y ni madre! Ahora sí Lucero se apareció solita en El Noticiero con Joaquín López-Dóriga.

Very interesting!

Diez días después, la misma televisora emite una "nueva" imagen de la cantante. Otra que no deja de ser también muy surrealista.

Estaba como a medio tono, ni dulzona ni furiosa. Con esa melena se veía estupenda: vestida de negro, con maquillaje y sonrisa minimalistas, pero muy efectivos. No pidió perdón, pero dijo lo que todos querían escuchar.

Personalmente confieso que no me convenció del todo, pero agradezco el intento y hay que reconocer que tuvo pantalones.

¿Ya ven? Hay formas de dar la cara. Puedes mostrar tus virtudes o ser la más imprudente. Bajar la guardia y dejar que te noqueen o bajar la muleta para que el toro humille.

No había que asomarse muy profundamente para darnos cuenta de que ésta vez Lucero sí llevó pistola. Qué digo, ¡pistolóoon!, o sea, un discurso bien armado y un excelente asesor.

En lugar de obedecer a la alocada "dueña de su vida" -que siempre ha sido un espanto para el público, la prensa y todo lo que se mueva- la actriz llegó acompañada de un consejero que domina el "know-how" de la vida y que, como los grandes, sólo se dejó ver el tiempo necesario. ¿Lo notaron? Sin andar de "figuroso", el guapo conciliador marcó la diferencia.

Por cierto, ¿dónde quedó la madre de Lucero? Me late que la batearon de regreso a casa y la dejaron sin aparecer en la foto, detalle que seguro no les perdona porque le encanta el protagonismo.

Como verán me atrapó la reflexión hasta que sonó el teléfono. Era una amiga: -Oyeme, no, ¡tache para el "teacher"! ¿Qué fue eso? Como lo dijo: "no tengo que pedir perdón" y no lo pidió. ¡Qué cosa!

-También estoy en ésas -contesté- pero ahorita te marco porque estoy por el otro teléfono.

-Pues ya lo arregló ¿no?, -era la voz de mi súpercuate famoso.

-¿Te parece? ¿Sí le creímos? -le pregunté.

-Ya no tiene ninguna bronca para el Teletón. Pero te llamo mañana, me estoy durmiendo.

Pues sí, en eso estuve de acuerdo: ya, ¡qué sueño! Del resto, todavía platiqué con mi comadre y con mi hermana Laura.

Bueno eso de "platiqué" es un decir, porque la verdad nos reímos sin parar y las tres coincidimos en que Lucero "como que nos quiso convencer, pero ella no estaba muy convencida", le dijeron: "¡como vas! PVEM y diles que...

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