Vuelca el dolor en la pantalla

AutorLaura Castellanos

"Esta película nace de un dolor muy profundo", revela la documentalista cubana Belkis Vega al hablar de Viviendo al límite, que hoy presenta en la Cineteca Nacional.

El filme, agrega, fue hecho para dignificar la vida de las personas infectadas con sida.

"Era mi mejor amigo y murió de Sida, se llamaba Rolando Martínez Ponce de León", recuerda Belkis.

Y él fue su detonante indiscutible para realizar la producción que contó con el apoyo de los Artistas Cubanos de la Plástica y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Belkis vivió muy de cerca el caso de Rolando, el encargado de diseño del Instituto de Turismo cubano, que tuvo el infortunio de ser uno de los primeros casos de VIH que se registraron en la isla en 1986. Murió dos años después.

"La permanencia del dolor dentro de mí no fue sólo por la pérdida, sino por lo que fue la vida de mi amigo entre su diagnóstico y su muerte.

"Además de la enfermedad, sufrió discriminación y marginación, y es una de las mejores personas que he conocido en mi vida", lamenta.

El dolor que sintió entonces acompañó a la ex corresponsal de guerra en África y el Medio Oriente, hasta que en 1993 decidió volcarlo en un filme en el cual le da la voz a cinco personas que viven con el virus.

"Quería que se viera que todavía tienen una vida por delante y que hay que respetarlas y luchar por ellas", apunta.

La crisis económica de la isla orilló a la cineasta a buscar fondos a partir del 2000, cuando artistas plásticos le donaron obra.

Para la película, Belkis decidió hacer confluir los testimonios con dramatizaciones mediante la técnica del Play Back Theatre.

"Es un largometraje documental que mezcla una forma teatral cercana al psicodrama, es una representación teatral que se improvisa luego de que la persona expuso", explica.

La cinta busca retratar sin prejuicios a la población más vulnerable a ser infectada con el Sida, por lo que dos de los protagonistas son mujeres heterosexuales y tres son hombres: uno heterosexual y dos bisexuales.

Así, María Julia Fernández confiesa en pantalla que su marido la contagió de Sida...

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