Volúmenes en equilibrio

AutorAlejandra A. Reyes y Alicia Sánchez

La arquitectura de líneas simples y una presencia protagónica del vidrio son algunas constantes que pueden observarse en diferentes propuestas residenciales.

Es el caso de cinco viviendas localizadas en distintos países de Latinoamérica, donde, a través de este tipo de composiciones, se han generado prismas rectangulares que enfatizan las perspectivas naturales que los rodean. No obstante, mediante la visión que tuvieron sus creadores, cada diseño ha encontrado su propio lenguaje.

Estas casas, ubicadas en México, Ecuador, Perú, Chile y Argentina, presentan trazos similares expresados con una visión particular que responde a su entorno.

Los arquitectos Felipe Martínez, Adrián Moreno y María Samaniego, Juan Carlos Doblado, Felipe Assadi y Trinidad Schönthaler, así como Pablo Meneghetti, Marcela Hitters y Sebastián Meneghetti, hablan sobre los valores estéticos que integran cada una de estas residencias.

Comodidad sustentable

Casa La Huasteca

Felipe Martínez

Santa Catarina, México

Aprovechar los recursos naturales para minimizar el impacto ambiental y el ahorro de energía fueron elementos básicos para el desarrollo del proyecto Casa La Huasteca del arquitecto Felipe Martínez, ganador de la medalla de plata de la X Bienal Nacional de Arquitectura Mexicana 2008.

La residencia ubicada en Santa Catarina se caracteriza por tener una detallada composición arquitectónica donde la volumetría y la luminotecnia juegan un papel importante.

"Los diferentes volúmenes de concreto están elevados del suelo para lograr un efecto de ligereza, el cual se ve truncado por un gran muro que funciona como el eje principal de la casa.

"Está edificada con bases de concreto blanco y gris en contraste con elementos de madera, acero, cristal y piedras de río", menciona Martínez.

La casa mantiene las características propias de la arquitectura sustentable, ya que el proyecto incluyó principios básicos de la arquitectura bioclimática para tratar de aprovechar al máximo la energía térmica del sol; para ello se creó un microclima para el patio central y para el interior se realizó un estudió de la ventilación.

Para resolver los problemas del clima cálido de la zona en donde está ubicada, se tuvieron que construir muros más anchos con fachadas en colores claros.

Martínez incorporó un muro doble de concreto que gracias a su gran densidad le da una mayor masa térmica que le permite conservar la temperatura y obtener una ventilación cruzada.

En el salón principal se colocó una losa a diferente altura, donde existe una pequeña ventana que por su ubicación en invierno permite el paso de la luz solar y en el verano impide el paso de la luz.

También se colocó una red de drenaje para separar aguas negras de grises, para después tratarlas y usarlas como agua de riego; además, se instaló un boiler solar para que calentara gran parte del agua de la casa.

El arquitecto logró fusionar una mezcla de estilos arquitectónicos inspirados en lo minimalista y contemporáneo, pues a simple vista Casa La Huasteca luce como una residencia limpia y transparente, gracias a la naturalidad de sus materiales.

Ésta se desarrolla a partir de un patio central mismo que sirve de separación para dividir al área social del área de recámaras ubicadas en una especia de cubo o caja blanca que se mantiene volada por tres de sus lados para generar un efecto flotante.

"Este cubo es de concreto blanco y fue colado con una cimbra metálica para lograr un acabado muy uniforme y limpio, que contrasta con el del muro de concreto gris para el que usamos una cimbra de madera que generó un acabado rústico", agregó.

En cuanto al área social se decidió por tener espacios más abiertos, sin elementos arquitectónicos que los separen, ya...

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