Jorge Volpi / De medios públicos y epidemias

AutorJorge Volpi

Las ideas, lo sabemos desde que el zoólogo británico Richard Dawkins lo formulara hace ya más de 30 años en su célebre El gen egoísta (1976), se comportan como los virus. Nacen quién sabe exactamente de qué manera, pero lo que es cierto es que hacen todo por sobrevivir y reproducirse conquistando el mayor número posible de mentes. Sólo las ideas más aptas, es decir aquellas que mejor se adaptan a su ambiente, logran pasar de generación en generación o, en otro sentido, son aquellas capaces de traspasar fronteras. Tendríamos que imaginar el mundo, pues, como el campo de batalla de millones de ideas distintas -Dawkins las llama memes- en perpetuo combate unas contra otras, luchando día a día para mantenerse en las cabezas de los seres humanos.

Ciertas condiciones favorecen que unas ideas sobrevivan y que otras se extingan sin remedio: son lo que, en términos biológicos, se conocen como reforzadores. Es decir, instrumentos que permiten que una idea se expanda a una velocidad mucho mayor a la de sus competidoras. Los medios de comunicación masiva -al igual que la publicidad o ese extraño fenómeno conocido como "boca a boca"- son los instrumentos que cuentan con mayor capacidad para reforzar unas ideas y, paralelamente, obstruir el camino hacia la supervivencia de otras. En cierto sentido tendríamos que considerar a los medios, en especial a aquellos que se introducen en los hogares como el radio, la televisión y cada vez con más fuerza el internet, como poderosísimos transmisores y reforzadores de ideas. ¿Cuáles? He ahí el principal problema: las que deciden los dueños de estos medios atendiendo sobre todo a su propio beneficio, y en menor medida a los deseos de los comunicadores que trabajan para ellos.

La globalización, ese monstruo de mil cabezas tan aplaudido como denostado, es el nombre que conferido a un sistema que dicta que sólo un compacto paquete de ideas -aquellas que se deciden en los distintos centros de poder- sean llevadas casi por la fuerza a todos los rincones del planeta. Dóciles, los medios de comunicación se dedican casi exclusivamente a difundir sin tregua los mismos memes en todo el planeta, sin preocuparse apenas por aquellas ideas que quedan relegadas en las periferias.

La principal consecuencia de la globalización es que las ideas del mainstream -esa corriente central decidida en Nueva York, Los Ángeles y Washington y, en menor medida, en Londres y otras capitales europeas- no tengan dificultad en invadir las mentes de...

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