Al Volante con... / A pesar de su físico

AutorEnrique Ávila

Negras, cochinas, redondas, gordas y tal vez hasta feas... así son las llantas de nuestro auto, no piense que estoy hablando de otra cosa. Y a pesar de sus atributos físicos que para muchos pudieran no ser los más atractivos debemos reconocer que en buena medida nuestra seguridad y vida al viajar en el auto depende de ellas.

Debemos cuidarlas, y por qué no decirlo, hasta consentirlas. Debemos conocer cómo mantenerlas en óptimas condiciones.

Para que puedan cumplir con efectividad la enorme "carga" que llevan sobre sus espaldas solamente nos piden mínimos cuidados, tal vez el más básico es contar con la presión adecuada de aire.

Es que imagínese, un auto con una llanta desinflada avanza con dificultad y lo más probable es que lo haga solamente por algunos metros. Ni qué decir si son las cuatro a las que les falta aire, no hay manera de mover ese auto.

Lo mismo va pasando, aunque a menor escala, cuando les falta la presión apropiada; podríamos decir que las vamos matando lentamente, como un cáncer, y lo peor es que su muerte también puede transformarse en ciertas circunstancias en la nuestra.

Lo malo es que si no nos damos cuenta a tiempo de que las llantas de nuestro auto están "enfermas", las consecuencias pueden ser fulminantes.

Una bola, una rajadura, un sobrecalentamiento pueden ser el detonante de una reacción en cadena que haga que perdamos el control de nuestro vehículo por instantes y que la factura sea incierta.

Qué podemos hacer

Lo primero es olvidarnos de que todas las llantas deben ir calibradas a 28 libras. Lo mejor es ir al manual del propietario a cerciorarnos de la presión recomendada por el fabricante.

Otro lugar donde podemos obtener el dato es buscar una calcomanía pegada frecuentemente en el poste de las puertas y que queda descubierta al abrirlas; también puede estar pegada en el interior de la tapa del tapón de la gasolina.

Hay que hacer notar que la presión recomendada es diferente para circular en ciudad y en carretera. Para carretera siempre lleva una diferencia de unas 3 libras (PSI) por arriba de la ciudad. Ese dato también viene en la calcomanía o en el manual.

Un punto importante es que al calibrar la presión se haga cuando las llantas aún están frescas, es decir que casi no las hemos rodado. Es apropiado en la mañana y habiendo recorrido solamente la distancia que haya entre casa y la gasolinería más cercana.

Ya estando en...

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