Voces entorno a un aniversario
| Autor | Rafael Molina |
Ningún espacio puede denominarse propiamente el corazón de la Condesa, aunque, sin duda, la cultura comunitaria y el proyecto más arraigado de creación artística se ha construido en los Edificios Condesa, el vecindario monumental más significativo culturalmente hablando.
Dentro de estos espacios habitacionales las Pecanins son voces esenciales, comenzando por Betsy, la reina del blues mexicano.
Betsy Pecanins forma parte de una generación que ha atestiguado varias épocas condeseras.
"Con una madre catalana vine a México, luego fui a España, luego regresé a Estados Unidos. Esta cosa de no tener un lugar, hizo que este edificio y esta colonia cumplieran con esta tarea, entonces me vaya a donde me vaya, regresar aquí es regresar a mi casa", dice.
"Aunque el blues me viene de Estados Unidos, en México empecé a cantar en el Edificio Condesa, con amigos en la privada, alguien sacaba la guitarra y me di cuenta que podía cantar, que era afinada y, bueno, después lo fui trabajando".
Yani Pecanins, constructora de arte-objeto, es una de las miradas esenciales nacida en estos edificios.
"Es mi casa, siempre lo ha sido, porque vivo aquí desde niña, es un lugar muy motivador, de calles hermosas y de amigos con ideas afines que tocaban en la esquina, o íbamos a ver exposiciones. Algunos acabaron haciendo cine, otros música, otros pintando, otros en teatro", dice.
"Es un lugar que visualmente te da mucho, también se ha prestado para que se dé este movimiento de los cafés y las galerías".
José Ramón Enríquez, dramaturgo, director teatral y director del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, recuerda a algunos de los habitantes en medio de esa diversidad cultural.
"Aquí vivió un montón de artistas de los 60 y 70, había un montón de fiestas, estos edificios fueron históricos para la gente bohemia. Tengo vecinos cordiales y tan queribles como las Pecanins, enfrente de mi casa vivió Cri Cri, es un edificio lleno de gente conocida".
Una de las experiencias más memorables de esta comunidad ha sido su capacidad de organización para adquirir sus inmuebles, pasaje que recuerda la actriz Mónica Serna.
"Llegué a principios de los 80, vivimos todo el movimiento que se dio para lograr que los propietarios nos vendieran los departamentos a toda la gente que vivíamos aquí, y empezamos a poner nuestro granito de arena, a formar una fuerza que tuviera un interés especial en comprar cada uno nuestro lugar para vivir.
"Todo fue con mucho entusiasmo, hacíamos festivales artísticos, vinieron muchas de las autoridades de ese momento para apoyarnos".
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