Más vivo que nunca

AutorHéctor Contreras

Ver a un artista como Joan Sebastian en un palenque, podría preverle una larga lista de repeticiones: las mismas canciones exitosas que todo mundo corea, las mismas frases, y las mismas historias.

Pero no. Curiosamente, la madrugada de este sábado, Joan Sebastian ofreció un show distinto en el Palenque de Tlaquepaque, que por primera ocasión en este año logró llenarse a plenitud. Incluso, hasta el Presidente Municipal, Miguel Castro, fue a echarse una cervecita dentro, saludando al cantante.

Desde su llegada al camerino se le veía la sonrisa en la cara, venía con dos de sus hijos, uno de ellos José Manuel Figueroa.

Al abrirse un instante la puerta del camerino, se vio a Joan ensayar con su banda La Carbonera una de sus canciones, marcándoles con palmadas el ritmo, su rostro era cual mánager que le exige al atleta que le meta más energía.

En su camerino había un mundo de gente, traía más de 30 músicos entre su banda estilo sinaloense, su orquesta de músicos, y un mariachi.

Tres chicas tocaron la puerta pidiendo una oportunidad (de entrar), Federico, hermano y mánager de Joan, las recorrió con la mirada. No pasaron la prueba.

"Lo siento, ya tiene que entrar a cantar".

Joan saltó al redondel a la 1 de la madrugada, con una vitalidad desde hace mucho tiempo no vista en este palenque. Entró como echando toda la carne al asador, empezando con sus temas más fuertes "Tatuajes", "Amorcito Mío", "Idiota", "Amame" y "Contigo o Sin Ti". Siguió a ritmo de tambora con "Gabino Barrera", "El Peor de tus Antojos", "El Primer Tonto" y "Verdad que Duele".

Cada canción, cada estrofa eran coreadas. Aquél lugar, aquellas gradas y sillas llenas, convertían el lugar en una olla...

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