Vivir entre violencia

AutorEnrique Osorio

A decir de quienes la han sufrido, la violencia intrafamiliar puede integrarse tanto a la vida cotidiana, que los afectados llegan a ver con normalidad el recibir gritos, insultos y golpes y salir de esa dinámica se vuelve muy difícil.

Así son los casos de Adela y Genoveva, vecinas de la Colonia Buenos Aires, en Tlaquepaque, quienes encontraron en una terapeuta de su colonia la atención que no recibieron de las instituciones de Gobierno.

"Yo estaba en el hoyo, era un monstruo, le tenía mucho, mucho, mucho miedo, y con las mil amenazas y los golpes y todo lo que me daba", reconoce Genoveva tras dos años de relación con Moisés.

El hombre, además de agredirla a ella, golpeó a las dos hijas de la mujer, entonces de 4 y 6 años; cuando él atacó a la hija recién nacida de ambos, algo cambió en Genoveva.

"Empecé a ver que estaba loco, estaba mal, cuando me quita a la niña y la intenta nalguear, le dije '¡no, no me la tocas!' y fue cuando ya me le dejé ir como fiera y fue cuando yo desperté, cuando yo comencé a trabajar", explicó.

Genoveva encontró en Sara, a cargo de un consultorio en su colonia, apoyo psicológico para poder salir de esa relación y reconstruir su vida con sus tres hijas; ahora reconoce que es feliz y da un consejo a quien pasa...

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