Vivir sin miedo

AutorMarcela Turati

Las primeras bombas alemanas caían sobre Cracovia. La multitud corría por las calles en busca de protección. Era el 1 de septiembre de 1939 y dentro de la Catedral de Wawel, frente al altar de Cristo, dos locos celebraban una misa a la que nadie acudió. Eran el padre Kazimierz Figlewicz y su monaguillo de 19 años, Karol Wojtyla, que sin vacilar por la invasión nazi continuaron la liturgia hasta el final.

Ese actuar sin miedo fue característica del joven monaguillo que 39 años después se convirtió en el sucesor 264 de San Pedro; el Papa más joven desde 1846, el primero no italiano en 456 años y cabeza de una Iglesia que entonces contaba con 720 millones de católicos en todo el mundo.

Desde que se asomó a la Plaza de San Pedro, el 16 de octubre de 1978, el recién proclamado Papa Juan Pablo II dijo a los católicos: "No tengan miedo. Abran de par en par sus puertas a Cristo. Abran a su poder de salvación los confines del Estado, los sistemas económicos y políticos...".

Moderno, el Papa hechó mano de las nuevas tecnologías de los medios de comunicación; recorrió el mundo y amplió las fronteras diplomáticas. Se convirtió en protagonista del rumbo de la historia y sacudió a la Iglesia del bajo perfil donde la habían sumido algunos de sus antecesores.

Conservador, ha gobernado como monarca. No tolera desviaciones doctrinales ni desacatos a la moral católica. A riesgo de perder fieles, defiende los dogmas de la Iglesia.

Rígido doctrinalmente. Intolerante con la disidencia interna. Estratega. Político. Diplomático. Gobernante de mano dura. Vigilante del deber ser. Defensor de los derechos humanos y la justicia social. Hombre cercano al pueblo, pero alejado de sus peticiones. Así es quien durante los últimos 24 años ha encabezado a la Iglesia católica en el mundo.

"Nunca me sentí tan solo"

La ruta de la Iglesia católica en el último cuarto de siglo sólo se entiende a partir de la historia de Karol Józef Wojtyla. Nacido el 18 de mayo de 1920, en la pequeña ciudad de Wadowice, en Polonia, fue miembro de una pequeña y devota familia católica marcada por la muerte.

Cuando Karol tenía ocho años murió su madre; tres años después, su hermano mayor, Edmundo; a su hermana Olga nunca la conoció porque falleció antes de que él naciera.

Quedó solo con su padre, militar jubilado. Como no tenían dinero, Wojtyla padre, "El Teniente", transformaba sus uniformes militares en toscos trajes para su hijo.

A los 14 años Karol se apasionó por la actuación y obtuvo papeles protagónicos. Fue director, escenógrafo y autor de dos obras de teatro basadas en pasajes bíblicos.

Asistía diario a misa, pero no planeaba ser sacerdote. En una ocasión el Arzobispo de Cracovia, Adam Sapieha, cautivado por sus dotes oratorias, le preguntó si quería servir a Dios. "Voy a estudiar literatura polaca y filología", respondió Karol. "Es una lástima", lamentó el prelado.

En 1938 padre e hijo se mudaron a Cracovia, la capital, para que Karol estudiara Filología en la universidad. Un año después Polonia fue invadida por los nazis. Iniciaba la Segunda Guerra Mundial: colegios y teatros fueron cerrados, las celebraciones religiosas prohibidas; los seminarios clausurados; los judíos perseguidos.

El 18 de febrero de 1941 Karol...

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