Vivir de la droga en Sonora: Crece empresa de 'El Andrés'

AutorAbel Barajas

EL NORTE / México

MÉXICO.- Un día, en su casa de Los Ángeles, le robó a su familia 20 latas de chiles jalapeños que llegaron de Sinaloa, y las vendió en Denver y Chicago. Esas latas no llevaban chiles sino cocaína.

Hoy, casi 20 años después del atraco, a los 40 años de edad, Jesús Andrés Salazar Villa "El Andrés" es uno de los narcotraficantes más importantes de la frontera con Estados Unidos.

Salazar ingresó como indocumentado a la Unión Americana y en la década de los 90 obtuvo dos cosas: su tarjeta de residente y el control de la ruta de drogas de Sinaloa a California, Colorado e Illinois, para Joaquín "El Chapo" Guzmán e Ismael "El Mayo" Zambada.

Sin ningún antecedente penal en México, la huella de "El Andrés" en EU quedó registrada en el expediente 00-CR-526 WA, de la Corte Federal del Distrito de Colorado, en Denver, la cual ordenó su aprehensión el 7 de diciembre del 2000, por conspiración para distribuir cocaína e intento de distribución de cocaína.

Actualmente el vecino país lo busca por introducir directamente más de media tonelada de cocaína y por haber colaborado en otra decena de operaciones de alcaloides, tan sólo de 1998 al 2000.

"El Andrés" es un sobreviviente de la banda de Héctor "El Güero" Palma, que tras la captura de éste en 1995, se replegó a la organización de "El Chapo" y "El Mayo", para ser uno de los hombres fuertes en las fronteras de Chihuahua, Sonora y en ocasiones de Baja California.

Es considerado por autoridades policiacas como el más silencioso de los de operadores de esta organización de sinaloenses, en comparación con Javier Torres Félix "El JT", Víctor Manuel Contreras Espinoza "La Tamalera" o Eduardo Barraza Gastélum "El Pony".

Un joven ilegal

Jesús Andrés Salazar Villa nació el 29 de julio de 1963 en Guamúchil, Sinaloa, y aproximadamente a los 20 años, ingresó por primera vez a Estados Unidos, como indocumentado.

Estaba entonces recién casado con María Ema Beatriz Gastélum Rivas, una mujer tres años menor que él y originaria de Badiraguato, el municipio sinaloense donde la siembra de enervantes tiene una larga historia.

En 1985, en la ciudad de Los Ángeles, Salazar le ayudaba a un tío que traficaba cocaína en latas de chile jalapeño desde México. Cuando tuvo la oportunidad, decidió robarle 20 kilos de alcaloides en latas para venderlas en las calles de Denver y Chicago.

Con su primera utilidad, el sinaloense empezó a invertir por su cuenta y sus cómplices señalan que el entonces veinteañero cruzaba por...

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