Vivencia tras las Rejas / No puede visitar a su hijo

ábado por la mañana, día de visita en todos los penales del Distrito Federal, a lo lejos se vislumbra la torre de vigilancia del Reclusorio Sur, más atrás un escenario de cerros verdes y un cielo profundamente azul.

Las mujeres parientes de los internos, corriendo con dificultad bajaban las escaleras hasta llegar a la entrada del penal, todas cargando las pesadas bolsas de mandado que contenían los alimentos que compartirían ese día con sus esposos o tal vez con sus propios hijos.

Mario ahora se encuentra en el área de COC (Centro de Observación y Clasificación), hace tres días cumplió la mayoría de edad y hasta hace una semana consumía sin ningún problema algún tipo de droga, aunque ahí adentro con cierta cantidad podía seguir haciéndolo.

"Tenía problemas familiares, nadie me apoyaba, mis padres se separaron desde que era muy pequeño y hasta tuve que salirme de la escuela para ponerme a trabajar en un puesto de tacos en el Centro", comentó Mario.

"Mis padres y sus parejas han tenido la culpa de lo que sucede, nadie me comprende y siempre he estado solo", agregó.

Mario había estado antes en el Consejo de Menores, mientras que su padre cuando era joven había estrenado el recién construido Reclusorio Oriente.

"Me acusaron de lesiones con arma blanca, ese día...

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