Viven con un riesgo latente

Ubicados básicamente en medio de bosques, los 39 asentamientos irregulares de alto riesgo en Cuajimalpa albergan a mil 500 familias que podrían verse afectadas por el deslave de los cerros y barrancas donde construyeron sus casas.

De ellas, 600, congregadas en 22 asentamientos, se encuentran en muy alto riesgo.

A pesar del peligro en que se encuentran, su única opción es refugiarse en casas de familiares durante las lluvias intensas o simplemente esperar que no se derrumben sus viviendas, pues en la mayoría de los casos se niegan a dejar sus hogares o entrar a un programa de sustitución.

Se trata fundamentalmente de casas precarias construidas con materiales provisionales como madera y lámina. Sus propietarios, informó Francisco Sánchez Zúñiga, responsable de Protección Civil de la demarcación, rechazan mudarse a los albergues durante la temporada de lluvias o cambiar su vivienda por una casa en una delegación central.

En una visita a uno de estos asentamientos, llamado Valle del Conejo, a orillas del Desierto de los Leones, los habitantes rechazan que vivan en alto riesgo. Dicen que en los 20 años que llevan en la zona no ha ocurrido deslave alguno.

Para llegar a su casa, María tiene que tomar una improvisada calle cubierta de cemento hasta un pequeño sendero que serpentea por las casas del cerro. Vive desde hace 15 años en este asentamiento de alto riesgo, ubicado en el Valle de las Monjas, parte del Desierto de los Leones.

La mujer, mientras acarrea sus compras por una pendiente que a los fuereños deja sin aliento, dice que hace 20 años vive...

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