Viven su propio Viacrucis en la carretera

MURAL / Staff

En la memoria quedaron los buenos recuerdos del viaje, las ruinas del mundo Maya, sus maravillosos paisajes, sus ciudades, su gente y los viejos amigos.

De regreso a la realidad, mucho antes de llegar a su lugar de origen, siete viajeros vivieron su propio Viacrucis al sufrir la "doble mordida" que tuvieron que pagar a su paso por el DF, el haberse perdido en la capital del País y la descompostura de su "nave".

Originarios de Tepic, Roberto Meza y sus amigos salieron rumbo a Chiapas para pasar las vacaciones de Semana Santa. En su equipaje que prepararon la noche anterior, llevaban tan solo lo indispensable para sobrevivir.

Ajustados de dinero, los aventureros amigos partieron a las 9:00 horas de Tepic para emprender el viaje. Un camioneta Datsun del año 90, color roja, sería el vehículo que los transportaría.

Sentados sobre sus maletas y buscando un rinconcito en la cabina de la camioneta, su viaje era como el mismo cielo, semejante a donde pronto llegarían.

"Allá todo fue paz y felicidad, la pasamos muy bien con los amigos y conocimos muchos lugares", expresó Melchor Meza, mientras se disponía a contar el triste final de su odisea.

A su regreso, los vacacionistas, decidieron tomar un atajo en la Ciudad de México. "Veníamos contentos, porque según nosotros íbamos a hacer menos tiempo", comentó Melchor.

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