Viven a orillas del río Sena

AutorMónica Delgado

Corresponsal

PARÍS.- Además de sus monumentos históricos y de su panorama de puentes, este verano, los muelles del Sena ofrecen una animación particular.

De un lado, los bañistas de París-Plage, su arena artificial y sus camastros. Del otro, los campamentos de indigentes con su vida improvisada.

"A la orilla del Sena y frente al Lou- vre, no hay mejor vista en París", comenta, sonriente, Amaury quien saluda a los barcos de turistas que pasan.

Éste joven, originario de la región de Bretaña, al noroeste del país, desempleado y sin hogar, acampa desde mayo sobre el Quai Voltaire al lado de otros 20 indigentes oriundos de diversos países europeos.

La carpa de Amaury porta el logotipo de Médicos del Mundo (MDM) es una de las 300 que ha distribuido esta ONG en distintos puntos de la capital francesa desde el pasado 21 de diciembre.

La asociación pretende así ayudar a los indigentes que no quieren ir a los albergues de urgencia y busca llamar la atención de los parisinos que se han vuelto indiferentes a esta problemática.

La iniciativa ha suscitado reacciones diversas entre los capitalinos. Para algunos vecinos estos campamentos son demasiado visibles y temen que los indigentes se instalen definitivamente en las calles.

Cuando la alcaldía de París trató de desplazar algunas carpas recibió duras críticas de parte de las asociaciones y de la prensa por su supuesta voluntad de ocultar esta miseria a los ojos de los turistas.

"La pobreza molesta", comenta Guy Pons, médico de MDM, que forma parte de un equipo de 4 miembros que dedica sus noches a recorrer las calles para ayudar a necesitados.

Entre los visitantes extranjeros que caminan por el Quai Voltaire pocos se percatan de la miserable situación de los ocupantes de las carpas.

"Pensamos que eran de esos muchachos que recorren Europa con mochila al hombro", confesaron a REFORMA Julia y Sandy, visitantes canadienses.

Lo mismo creyó un turista japonés que durante algunos días se instaló con su propia carpa y compartió la vida de los indigentes.

La idea de MDM se ha propagado y otras asociaciones ya lanzaron su propia distribución de carpas.

Pero también ha inspirado a muchos indigentes a comprarse sus propios iglúes de tela, que son baratos.

Boldor, un rumano que llegó a París después de tres años en Italia, construyó un horno con tabiques encontrados aquí y allá.

El fuego que prende cada noche le da un aspecto de campamento de excursionistas al Quai Voltaire y el pan que hornea es muy apreciado por...

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