Viven en la Ciudad divorcio muy divertido

AutorXulio Guillén

"Aquí no pasa nada, estoy tan feliz, debo relajarme, namastei", dijo Mariana Seoane, en un intento por calmarse de la explosión que tuvo con su amigo minutos antes, cuando había entrado a escena, una vez iniciada la obra "Divorciémonos mi Amor", que se llevó a cabo la noche del miércoles en el Teatro Diana.

Ese amigo, víctima de la explosión de Seoane, era Manuel Landeta, quien retomó la discusión imitando la voz de la actriz y cantante, reprochándole que lo había arrastrado a la cabaña, -donde se desarrollaba la obra-, con engaños y lo privó de una cita con el hombre de sus sueños, pues se trataba de un personaje homosexual muy cómico.

"Ay, ayúdame mi auto se descompuso, llévame a la cabaña, ¿sí?, Ay, eres un amor", imitó de manera femenina el actor, y ella, de inmediato respondió, "yo no tengo esa voz de pito", "pues claro", dijo Landeta, "si la tuvieras ya te hubiera besado".

Esta primera interacción bastó para amarrar al público y marcar el ritmo que definiría la obra por la siguiente hora y media. El tercero en salir a escena fue Sebastián Rulli, aparición que fue aplaudida como si pusieran a prueba la acústica del lugar y cuyo personaje puso sobre la mesa el dilema principal: la crisis de pareja.

La química de los actores sin duda destacó en la puesta, que transcurrió ligera, llena de risas y chistes simples que lucieron el histrionismo de cada uno. Tal es...

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