Viven entre la basura y la desesperanza

AutorMariel Ibarra

CHIMALHUACÁN.- Lo heredó de sus abuelos, y se vislumbra que Isabel Santamaría hará lo mismo con sus hijos, pues habitar entre la basura se ha convertido para su familia en la forma de ganarse la vida desde hace 40 años.

Isabel tiene 13 años, vive con su padre y sus cuatro hermanos. Al igual que a ella, a su hermano Martín lo sacaron de la escuela para llevarlo a trabajar al basurero. No terminaron el primer grado de primaria.

Ella trabaja de sol a sol separando una parte de las 150 toneladas de desechos que diariamente llegan al tiradero de Tlatel Xochitenco, y en donde trabajan unas 500 familias.

Al igual que los demás, Isabel separa vidrio, cartón, PET, bolsas de plástico y alambre para luego venderlos por kilo, y cuando bien le va, saca 300 pesos a la semana.

Cohibida, prefiere no hablar de su vida, sólo se limita a asentar con la cabeza lo que su padre cuenta.

"Los saqué de la escuela porque los chamacos sólo se burlaban de ellos, les decían que eran hijos de la basura y que olían feo", recuerda don Ambrosio.

Ella ya no se acuerda de como leer, ni escribir, aunque dentro de su timidez dice que le gustaría regresar a la escuela o estudiar cultura de belleza.

"Si me gustaría", contesta tras un empujón...

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