Viven alzamiento

AutorBenito Jiménez y Édgar Hernández

'Vi bombardear la montaña'

Benito Jiménez

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS.- César Flores tiene ahora 50 años. En su buró guarda un álbum que para él vale oro molido.

En 14 fotografías recuerda el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hace 20 años.

En una de ellas tomó de cerca al subcomandante Marcos en La Garrucha.

También, presume, saludó de mano a los brazos derechos del líder zapatista, los comandantes Moisés y Tacho.

"Yo soy de aquí, de San Cristóbal, pero viví en Palenque porque allá me casé y me dediqué al traslado de turismo; luego me divorcié porque mi esposa tomaba mucho, así que me regresé a San Cristóbal. Apenas llegué en diciembre de 1993 y a los pocos días comenzó la guerra", platica.

César, conocido en esta ciudad como "El Coleto", pasó del traslado de turismo a llevar a periodistas internacionales y nacionales a la zona de conflicto.

"Yo vi cómo los aviones del Ejército bombardearon el cerro, duro, cada fregadazo partía los árboles en dos", recuerda al tiempo que señala parte de la montaña conocida como El Corralito.

Ocosingo trae a su mente el peor recuerdo. Más en un lugar denominado Las Ruinas de Toniná.

"Un joven que se moría de cruda quería cruzar la calle para tumbarse una cerveza; su esposa, una joven muy bonita, le suplicaba que no cruzara porque estaba el tiroteo, pero éste se cruzó, y a media calle cayó de la ráfaga que le acomodó el Ejército. Me impactó mucho, se me enchina el cuero de recordarlo", dice.

"Los zapatistas, en cambio, invadieron ranchos y tomaron ganado. Ahí mismo vi como los destazaban, se llevaban la cabeza, las patas y el tronco, todo en pedazos aún sangrando".

Muchos de esos ranchos, asegura el hombre, ya no fueron devueltos a sus dueños y sí ocupado por los rebeldes.

A veinte años de ser testigo del alzamiento zapatista, "El Coleto" ya percibe a un EZLN disminuido.

"Está muy calmado (el zapatismo). Yo pensé que con las reformas que se aprobaron Marcos iba a reaccionar, pensé que iba a haber un golpe de Estado o un desmadre. No hay nada, sólo comunicados", lamenta el ahora taxista.

"En esos años yo estuve cerca de ellos, de los zapatistas, yo le vi la cara a Marcos, cuando comía en La Realidad. A las mujeres, también encapuchadas y con sus uñas muy pintadas, ahora no se les puede ni ver".

El zapatismo trajo tragos amargos para otros.

Don Arturo, abarrotero del mercado de José Castillo, saqueado por zapatistas en 1994 para llevar alimentos a sus comunidades, no tiene buenos...

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