Viven entre el agua pueblos de Tabasco

AutorCarlos Marí

JONUTA, Tab.- A dos semana del desbordamiento del Usumacinta, al menos 35 comunidades han quedado incomunicadas en este municipio.

En la región hay cuatro carreteras inundadas y destrozadas por este caudaloso río y sus ramificaciones, entre ellas la vía principal de la cabecera municipal que conecta con la capital.

En estos días, los pobladores hacen su vida, literalmente, con el agua hasta la cocina.

Para llegar a estos poblados, las lanchas salen del último punto hasta donde llegan los vehículos sin inundarse, y de ahí los lugareños navegan kilómetros sobre potreros o pastizales inundados, y luego ingresan a los ríos que se unen con el Usumacinta.

Jonuta forma junto con Balancán, Centla, Emiliano Zapata y Tenosique la zona donde según la Dirección Estatal de Protección Civil hay 105 mil habitantes afectados por el desbordamiento histórico del Usumacinta.

EL NORTE recorrió tan sólo uno de los tramos, el de Puente Boca del Río Chico-San Antonio, en el que hay que transitar en lancha 8 kilómetros para llegar al primero de los poblados y 25 para llegar al último.

El poblado de Guarda Tierra es el más dañado por la creciente. Sus 86 viviendas están entre el agua, al igual que el Centro de Salud, la escuela primaria, la preescolar y la planta de agua potable, que dejó de suministrar el vital líquido.

Tan sólo del puente de Río Chico a esta localidad, que son 8 kilómetros, el río ha cortado la carretera en dos puntos y, además, ha dejado otros tres tramos con cientos de metros de vado.

En su esfuerzo por intentar reanudar el transporte, en algunos tramos, inclusive, trasladan vehículos a bordo de un par de lanchas.

Pero la maniobra no culmina con la llegada del vehículo, sino con la del "levantón". Unos 15 lugareños participan para cargar el auto y bajarlo de las lanchas a una zona en desnivel con una cierta pendiente.

"Somos todos unos pangueros y ya estamos agarrando experiencia. Ayer pasamos un primer carro, y hoy ya muchos quieren que hagamos lo mismo con más de 40 vehículos que hay del otro lado", comenta Salvador Campos, de 61 años y quien participa en ese nuevo trabajo, ahora que sus cultivos están inundados.

A la par, con el problema de la incomunicación, los habitantes también sufren de falta de alimentos y dinero, pues sus cultivos, de los que obtenían ingresos, según lamentan, "se fueron a pique", al igual que su producción lechera.

"Ni los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR