Vive sueño con Disney
| Autor | Jorge Santamaría |
Cuando Viola Trigo se adentró en los estudios de Walt Disney en Burbank, California, para doblar las canciones del filme animado Mary Poppins, se sumió en un sueño del que jamás ha podido despertar.
La intérprete, de 69 años, eligió un café al aire libre en la Colonia del Valle para regresar a 1965, año en el que arribó a la fábrica de las fantasías animadas, donde su creador, Walt Disney, la recibió con los brazos abiertos.
"Mi primer acercamiento con la empresa fue para hacer el disco (banda sonora) de Bambi, donde entré de corista junto a Las Conchitas, un trío maravilloso", recuerda mientras da un sorbo a su capuchino y sonríe por tan grata memoria. "Pero, de pronto, Disney lanzó una convocatoria para darle voz a Julie Andrews (Mary Poppins) a nivel Latinoamérica. México tenía tres opciones y, para mi fortuna, el señor Disney eligió personalmente mi voz y así comenzó mi viaje impactante".
El mediodía en la Ciudad se hace sentir: circulan camiones, ropavejeros y vendedores de dulces que distraen a María Viola Esperanza Tapia Flores, su nombre real, pero sus recuerdos son tan fuertes que no pierde el hilo.
Sobre todo cuando platica, entre risas y ademanes vergonzosos, que la primera impresión que dio ante Walt Disney fue un tanto curiosa.
"Un guardaespaldas me recibió por orden del señor Disney. Viajé en limusina a los estudios, llegué en época de lluvia, y cuando arribé ante el señor me tropecé y desde el suelo me presenté", detalló.
"Además (durante una comida), mientras exprimía un limón, las gotas salpicaron el rostro del jefe y sólo vi cómo su pañuelo pasaba por su ojo derecho".
Sin embargo, esa mala suerte se desvaneció cuando dejó perplejo al productor, guionista y animador mientras recitaba, con una perfecta dicción, la canción "Supercalifragilisticoespialidoso" y "Chim Chim Chimenea", clásicos de Poppins.
"Era rapidísima, teníamos que ir a la par con las imágenes, con los instrumentos, y, afortunadamente para mí, tenía las cualidades para hacerlo. El doblaje duró tres meses arduos, que dejaron satisfecho al señor Disney", explicó la originaria de Coahuila.
Desde ese momento, Disney se abrió con Trigo y le hizo saber el amor que tenía por México, tanto que planeaba realizar un documental, junto a Mickey Mouse, para los Juegos Olímpicos México 68.
"Quería hacer un filme donde el Ratón Miguelito y yo explicáramos a los extranjeros el significado de cada sitio arqueológico del País, para que descubrieran la verdadera cultura", dijo.
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