Vive Sinfónica Nacional realidad tercermundista

AutorMaría Eugenia Sevilla

Lo que le falta a la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) para alcanzar el prestigio de una Filarmónica de Berlín es incrementar en un 300 por ciento el sueldo mensual de sus atrilistas, para poder así exigir su exclusividad laboral, lograr una proyección internacional y contar con las mejores batutas del circuito musical; en resumen: superar su realidad tercermundista.

Cuando, durante un desayuno informal, hace algunos años, Enrique Bátiz le hizo este mismo planteamiento acerca de su orquesta, la Sinfónica del Estado de México, a su entonces concertino, Luis Samuel Saloma, la respuesta del violinista fue simple: "Págales bien".

"Sí se necesita que los músicos estén mejor pagados", reconoce el titular de la OSN, Enrique Arturo Diemecke.

Mientras los atrilistas de la Filarmónica de Berlín, de acuerdo con su oboísta y representante, Andreas Wittmann, perciben un sueldo base mensual, según su posición en la orquesta, de entre 2 mil 500 y 4 mil euros como mínimo (33 mil 750 y 54 mil pesos); un salario de entre 7 mil 600 y 9 mil 800 pesos al mes obliga a los ejecutantes de la OSN a complementar sus ingresos mediante la docencia o los llamados "huesos".

En un banquete, un instrumentista puede ganar de mil 600 a 2 mil 400 pesos por tocar durante cuatro horas; mientras que en una ceremonia nupcial puede recibir, con variaciones, entre 175 y 300 pesos. Estos ingresos le permiten duplicar su salario o aumentarlo en un 50 por ciento.

La dedicación a otros empleos le resta a los músicos tiempo para estudiar el material programado para la orquesta; obligación para la que su contrato contempla un tiempo libre, al fijar ensayos de sólo tres horas y media, de lunes a viernes.

"Un mejor pago haría que la gente tuviera un mayor compromiso", asegura Isabel Arriaga, primer violín, quien considera que tocar en la OSN es "la máxima aspiración de un músico mexicano" por la calidad musical de Diemecke, su director artístico desde hace 14 años, cuyo prestigio internacional le ha permitido invitar a batutas como la de Krzystof Penderecki.

Diemecke reconoce que sus atrilistas llegan a tener tres empleos a la vez: "Si tuvieran un sueldo mucho más alto se podrían dedicar a prepararse para los conciertos de la Sinfónica". Según su gerente artístico, Benito Alcocer, esto permitiría a la institución exigirles exclusividad laboral.

Para aspirar a una plaza en la OSN, los músicos debieron cursar entre ocho y 10 años de estudios en el Conservatorio, perfeccionar y actualizar sus habilidades, de preferencia en Europa o Estados Unidos; necesitan reunir un acervo discográfico y disponer de tiempo para pulir su interpretación.

El pianista de la OSN, Diego Ordax, reacciona ante las palabras de su director: "Diemecke nunca ha apoyado para que nos suban el sueldo", y precisa que el aumento es igual al de los trabajadores manuales: 3.8 por ciento anual.

Entre las prestaciones obtenidas por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para los músicos...

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