Vive Europa dividida el 2003

AutorInder Bugarin

REFORMA / Bélgica

BRUSELAS.- El 2003 está marcado por dos acontecimientos que echan por tierra la armonía en la Unión Europea: Iraq y la Constitución para Europa.

En ninguno de los dos casos hay sintonía entre los socios de la Unión. En Iraq, Europa no puede hablar con una sola voz. En el Consejo de Seguridad de Naciones Unidos, España y el Reino Unido apoyan a Estados Unidos en su campaña unilateral por derrocar al régimen de Saddam Hussein, desmarcándose de los dos mayores opositores a las hostilidades, Francia y Alemania.

En tanto que en la Constitución, Europa no logra ponerse de acuerdo llevando al fracaso el intento por dotar a la Unión de su primera Carta Magna. Sólo que en está ocasión, España en mancuerna con Polonia, obstruye la redacción final del texto constitucional europeo al defender su título de país grande obtenido en la Cumbre de Niza en el 2000.

Desde el principio hasta el final, es el 2003 un año turbulento para la UE que intenta olvidarlo cuanto antes.

Washington abre una brecha en Europa desde el amanecer del año. La decisión de intervenir unilateralmente en Iraq sepulta la solidaridad europea construida tras los ataques del 11 de septiembre y materializada con el ofrecimiento al Pentágono de todos los puertos y aeropuertos aliados como reserva en la operación contra el régimen talibán en Afganistán.

Entonando los tambores de guerra contra Saddam Hussein, el Presidente estadounidense, George W Bush, obtiene el apoyo incondicional del Primer Ministro británico Tony Blair, que hace honor a los estrechos lazos trasatlánticos.

La sorpresa es entonces España, que abandona su tradicional relación con Alemania y Francia, para acercarse a la superpotencia y así afianzar su presencia en el nuevo orden mundial diseñado por el Presidente estadounidense, George W Bush, en su discurso de enero del 2002 sobre el eje del mal (Iraq, Irán y Corea del Norte) en el que pone de relieve que el primer instrumento para imponer la paz es el recurso militar, imposible de aceptar en una Europa que apuesta por la diplomacia en primer término.

Marchando en contra de la voluntad popular, ya que un 85 por ciento rechazaba la guerra en Iraq, Madrid une fuerzas con Londres para encabezar el frente de apoyo diplomático a la exigencia entonada por la Casa Blanca de dar respuesta inmediata a la presunta amenaza del arsenal iraquí.

Alemania y Francia, los dos grandes de Europa, apuestan por ser el contrapeso a los planes unilaterales de Estados Unidos y...

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