'¿Han visto aquí a Los Templarios?'

AutorBenito Jiménez

APATZINGÁN.- Identificar a un agresor y no disparar hasta tenerlo en la mira, es la principal instrucción que "Tigre" da a su tropa antes de cualquier operación de seguridad.

Ayer, a este Capitán del Ejército le tocó patrullar la zona rural de Apatzingán. Se coordinó con "Quetzal", otro mando que fue haciendo pinza en las brechas.

En el trayecto no soltó el fusil FX-05, arma que usa municiones calibre 7.62 milímetros con punta verde.

-¿Qué denuncias son las más frecuentes de los ciudadanos?, se le inquirió.

"Al principio, cuando llegamos aquí (hace dos meses) los ciudadanos no querían ni hablar por temor a represalias por parte de la delincuencia. Decían que ellos (Los Templarios) se daban cuenta quién hablaba y después los levantaban y los asesinaban", manifestó el mando militar con 18 años de vida castrense.

"Ahora, la gente se va acercando más, ya nos tiene más confianza. Ellos nos dicen que no tienen la ubicación de Los Caballeros Templarios porque han huido al monte, han huido a los cerros, eso dicen".

Pero eso no es motivo para bajar la guardia. Al contrario, ayer el Capitán miró por el rabillo del ojo sobre la carretera a Buenavista.

A diferencia de la Policía Federal, que realiza operaciones en coordinación con las autodefensas, el Ejército mantiene su distancia con los comunitarios, que desde el pasado sábado comenzaron a rodear a Apatzingán.

"Las operaciones se llevan a cabo en coordinación con la autoridad civil, pero son independientes a las que realizan las autodefensas", aclaró.

"Acá Tigre a Quetzal, tu posición", se escucha a cada momento por la radio de transmisión en el patrullaje.

El Capitán fue seguido por tropa del 12 Batallón de la Policía Militar. Tiene la misión de "peinar" todos los días las comunidades que rodean a Apatzingán.

Ayer, acudió a San Juan de los Plátanos, base de las autodefensas hace unos meses.

Con la mano derecha en el fusil y la izquierda en su radio de transmisión, ordenó al sargento chofer ingresar al centro del poblado.

"¿Todo tranquilo, no han visto a ninguno de aquellos (templarios) por aquí?", preguntó a Daniel García, un comunero que descansaba en una sombra.

"Todo bien jefe, si acaso tenemos miedo es de alguien que venga a pie y nos quiera quebrar, porque por auto no van a pasar", le dijo.

Daniel aún recuerda que hasta hace unos meses, San Juan de los Plátanos era refugio de templarios.

"Pero nadie decía nada, teníamos el cuchillo en el cuello", lamentó.

La información que el...

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