'Visitarla es alegría'

Una vez que dejó al descubierto los pies ennegrecidos por el camino, Francisca hace el último tramo, de poco más de 2 kilómetros desde donde inicia la Calzada de Guadalupe, hincada.

Hacerlo le toma aproximadamente 2 horas, antes de llegar al atrio de la Basílica de Guadalupe, pero 2 horas no son nada cuando se ha viajado por días desde Puebla, como es su caso.

Carga sólo con una botella de agua, un bolso y un suéter, y batalla para encontrar el equilibrio mientras avanza con las rodillas, por lo que uso, en ocasiones, la botella como soporte.

"Vengo, primero que nada, a darle gracias a Dios que siempre está uno bien, y también para agradecerle por algo en especial", señala Francisca, encontrando las palabras con esfuerzo.

Dios, dice, no es una representación, quizás señalando que no hay símbolo sino realidad: así ha sido los últimos 6 años que ha hecho el recorrido.

"Para mí es una alegría llegar al santuario donde está la santísima Virgen, más que nada porque sé que vengo a visitarla, no a verla, porque la veo todos los días", dice.

Como ella, entre los millones de peregrinos que arriban a este templo cada año, para conmemorar el Día de la Virgen de Guadalupe, muchas son mujeres, acompañadas de otras mujeres o solas.

Al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR