Visión y visionarios

AutorDorothy Kosinski

A finales del Siglo 18 y principios del 19, la fotografía evolucionó para ser mucho más que una herramienta técnica eficiente, más que un precedente o un paradigma de la forma de ver las cosas. En su lugar, la fotografía emergió como otra expresión de una forma de pensar sobre el fenómeno de la percepción, el tiempo, y el espacio. Es decir una manera de racionalizar las ideas sobre realidades psicológicas o emocionales. Las cuestiones estéticas filosóficas sobre la fragmentación del tiempo y el espacio, y la duración de la memoria estaban ligadas a una pérdida de la confianza en los conceptos tradicionales de la percepción y los códigos de representación, temas que permearon en los albores del modernismo a todo el medio artístico de la época.

Los críticos enfatizaron el papel de la fotografía como parte de un "frenesí por lo visible" que mantuvo el Siglo 19 en un continuo vaivén, pero contribuyó irónicamente a una crisis de confianza en la vista humana y en la tradición de perspectivismo cartesiano. Esencialmente, lejos de los aspectos superficiales de comodidad o curiosidad.

Los artistas estaban fascinados con las cosas invisibles que la fotografía revelaba en placas de rayos X, fotografías microscópicas, exposiciones dobles y experimentos cronofotográficos. Si el artista se alejaba de los objetos del mundo visible, la fotografía sugería un nuevo ámbito rodeado con temas relacionados al tiempo, la memoria, la nostalgia, el tiempo y el espacio. Estas ideas estéticas, por ejemplo, son contemporáneas a los conceptos de Henri Bergson, cuya filosofía supone una devaluación explícita de la visión, que vierte un poder perceptual en todos los sentidos.

La realidad es algo interno, privado, la durée, que abarca el yo y el espacio, en tiempo, más que en su construcción externa.

El artista, el fotógrafo y la cámara

Consideremos la variedad de usos que dieron los artistas a la fotografía, sus diferentes habilidades con la cámara y su familiaridad con los diferentes aspectos técnicos de este medio. A primera vista pareciera que muchos de los artistas (Fernand Khnopff, Gustave Moreau, Alphonse Mucha, Edvard Munch y Franz von Stuck) simplemente usaron la fotografía como un bosquejo rápido, un expediente para completar una obra de arte. En esos casos, sin embargo, esta simple explicación resulta engañosa, pues cada artista utilizó la fotografía de manera única y sorprendente.

Con Edgar Degas, la fotografía es deliberadamente una confirmación elaborada de la sospecha de otras realidades visuales. Alternativamente provee un intenso retrato del terreno psíquico interno como lo vemos en Munch...

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