Visión Económica/ Las veleidades del peso

AutorSalvador Kalifa

Como señalé la semana pasada, la acumulación de factores favorables como los actuales resultan, sin duda, en una entrada neta de capitales a nuestro país. Cuando eso sucede en un régimen de flotación, la moneda se aprecia y el superávit en la cuenta de capital de la balanza de pagos se traduce, forzosamente, en un déficit en la cuenta corriente de la misma magnitud.

La entrada de capitales es buena para México. Más aún si se concentra en inversión extranjera directa, esto es, aquella que se destina a la instalación de planta y equipo en nuestro país. Una "avalancha" de capitales, sin embargo, no siempre es sana, como lo demostró la fuerte inversión de cartera en la primera mitad de la década pasada. Es importante, por tanto, que la economía esté preparada para absorber adecuadamente estos recursos, y que los instrumentos de política económica se apliquen para evitar cualquier contratiempo futuro asociado al ingreso actual de capitales.

La gran mayoría de los comentarios de empresarios y economistas se ha centrado sobre el papel de la política monetaria en esta materia. La preocupación mas evidente es la apreciación del peso y lo que el Banco de México (Banxico) puede o debe hacer para evitarlo.

Algunos opinan que Banxico debe acumular más reservas para reducir la presión revaluatoria del peso. Otros consideran que la política monetaria debe orientarse directamente a evitar la apreciación de nuestra moneda. Ambos argumentos están mal orientados. Los que buscan acumular más reservas o afectar directamente la paridad del peso con el dólar, están en realidad pugnando por un regreso al esquema bastante desacreditado de paridad administrada. Olvidan, además, que en un régimen de flotación, la tarea de la política monetaria no es defender un tipo de cambio sino abatir la inflación.

Y la inflación en México no está todavía bajo control. No es claro, siquiera, el papel del "corto" como instrumento de estabilización. De hecho, el descenso de los últimos meses en el ritmo de crecimiento de la inflación se debe, principalmente, a la apreciación del peso y al favorable desempeño de los precios de los alimentos. Ambos factores, por cierto, ajenos a los oficios directos de Banxico y lo suficientemente frágiles como para no fincar en ellos la lucha contra la inflación. Un cambio brusco en las expectativas del público o una variación en las condiciones climatológicas revivirían las presiones inflacionarias.

En estas circunstancias Banxico no puede descuidar...

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