Visión Económica/ Temores de recaída

AutorSalvador Kalifa

Lo mismo sucedió con las cifras que se anunciaron los primeros días de este mes. El mensaje central es que la recuperación económica es anémica y corre el riesgo de descarrilarse. Esto, que es una mala noticia para nosotros, aumentó la inquietud en los mercados financieros, porque los inversionistas no sólo ven el desplome de los precios de las acciones, sino también temen ahora que las perspectivas inmediatas de la economía global sean decepcionantes.

Los números nos dicen que la recesión estadounidense del año pasado no fue tan corta como se pensó originalmente, y que la recuperación que comenzó al cierre del 2001 pierde fuerza con rapidez. El temor que plantean las páginas financieras de los diarios y que domina la actitud de los inversionistas es la creciente posibilidad de que la economía de Estados Unidos registre otro tropiezo económico.

Esta preocupación, que no estaba en la mente de la mayoría de los analistas hace apenas unos meses, no es fácil descartarla hoy día. El crecimiento del primer trimestre se debió, en gran parte, a la reposición de inventarios, pero ésta explicó todo el crecimiento del segundo trimestre, ya que el consumo y la inversión, se redujeron en ese lapso. Para que la economía estadounidense no recaiga es necesario que las empresas y los consumidores reactiven la demanda gastando más. El problema es que la inversión de las empresas no repunta y queda en manos del consumidor la tarea de evitar que la economía sufra nuevamente una recesión.

El consumidor, sin embargo, no puede cargar indefinidamente con el peso de la recuperación. La evidencia muestra que el alza de los precios de las casas tiene un mayor impacto patrimonial sobre la riqueza de las familias, que el descenso en el precio de las acciones. El auge en el sector de la vivienda explica, por tanto, por qué los consumidores siguen gastando, pero existe el riesgo de que los precios de las casas dejen de crecer o disminuyan, haciendo que los estadounidenses reduzcan su gasto.

En consecuencia, la recuperación necesita que aparezca un mayor gasto de inversión de las empresas, lo que no se avizora, debido a la existencia de capacidad productiva ociosa, los mayores premios por riesgo que reclaman los mercados de bonos empresariales, el desplome bursátil y los escándalos contables en algunas corporaciones.

Estos factores en conjunto muestran un panorama poco entusiasta y elevan, queramos o no, la probabilidad de que se presente otro tropiezo productivo en la...

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