Visión Mundial/ Perú, tan cerca de la normalidad

AutorGabriel Guerra Castellanos

Por increíble que parezca, Perú ha logrado transitar con facilidad de la dictadura de facto de Alberto Fujimori a una aparente normalidad democrática. Seis meses después de que "el Chino "presentara su renuncia facsimilar desde Japón, el proceso electoral peruano ha venido a coronar una fiesta cívica: la del retorno a la democracia y a la normalidad.

¿O no? Los resultados preliminares disponibles al momento de escribir este artículo dan como vencedor parcial a Alejandro Toledo, quien fuera despojado del triunfo en las pasadas elecciones por el fraudulento aparato fujimoriano, con apenas más del 40 por ciento.

En segundo lugar, con un 24 por ciento, el ex Presidente Alan García, hasta hace poco prófugo de la Justicia. La derechista Lourdes Flores, quien era favorita para pasar a la segunda ronda, se quedó corta, con un 21 por ciento de la votación, y con el doble despecho de haber perdido y de haberlo hecho frente a un hombre que arrancó la campaña con preferencias tan bajas que no se le tomaba en serio.

¿Y por qué habría sido de otra manera? Alan García fue un Presidente bajo cuyo mandato florecieron corrupción, hiperinflación y confusión. El que fuera el líder más joven de América Latina se convirtió brevemente, al inicio de su mandato en 1985, en todo un héroe regional por su oposición al pago de la deuda externa peruana. Desde Argentina hasta México resonaban los llamados a la moratoria que tan atractiva parecía y tan devastadora resultó.

Cuando cinco años más tarde concluyó su periodo, Perú estaba sumido en la más profunda de las crisis. El terrorismo del maoísta Sendero Luminoso tenía al país atemorizado e inerme, la inflación alcanzaba niveles nunca vistos, y la figura presidencial era ya de risa.

A tal grado llegaba el descrédito del Presidente y el desencanto de la población que un absoluto desconocido, ex rector universitario de origen japonés, pudo alcanzar la primera magistratura del país, derrotando al célebre novelista y mucho menos famoso político Mario Vargas Llosa.

Alberto Fujimori inició su gestión con buenos augurios, pero el cielo pronto se nubló cuando, a menos de dos años, disolvió al Congreso y mandó cerrar las Cortes. Sin legislativo ni judicial que se le interpusieran en el camino, Fujimori inició una batalla frontal contra los dos azotes de su país: terrorismo e inflación, y logró resultados espectaculares, siempre y cuando nos olvidemos de los costos del éxito. Las garantías individuales se volvieron materia de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR