Visión Mundial / ¿El año de la izquierda?

AutorGabriel Guerra Castellanos

A las elecciones ya realizadas se suman las dos más recientes, en Colombia y Perú, además de las que faltan en México, Brasil, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.

Desde el año pasado muchos analistas pronosticaban que este sería el que vería el retorno de la región a las políticas de izquierda que la caracterizaron en los setentas y ochentas. Como evidencia de sus asertos apuntaban a lo sucedido en Chile, Argentina y Uruguay en tiempos recientes.

Cada quien interpreta los acontecimientos como mejor puede o como mejor le conviene, así que las derechas se dieron a sonar las alarmas por el regreso del populismo mientras que las izquierdas festinaron la vuelta del péndulo que tanto tiempo había estado en las penumbras del neoliberalismo.

No es tan sencillo. Si bien la región ha visto la llegada al poder de políticos (y políticas) que podríamos llamar de izquierda, también es cierto que hay grandes diferencias entre las visiones que para sus países y para la región tienen Michelle Bachelet en Chile y Evo Morales en Bolivia, por solo citar uno de los contrastes más obvios.

No sólo son visiones y propuestas distintas, sino también realidades muy dispares en los países de la región.

Imposible pensar que Argentina y Venezuela, o Brasil y Chile puedan encontrar recetas comunes que les permitan afrontar exitosamente los retos políticos, económicos y sociales que cada uno de ellos enfrenta por separado.

Hay, claro está, tentaciones demagógicas. Nada más fácil que plantear el nacionalismo, o el nuevo regionalismo, como alternativas para las políticas neoliberales surgidas del así llamado Consenso de Washington. Pero tan engañosas son unas como las otras.

América Latina entra ahora a la que bien podría ser su tercera década perdida, después de los fracasos sucesivos de los excesos intervencionistas de los ochentas y de las políticas de ajuste de los noventas.

Si bien algunos de los indicadores macro son hoy mejores que hace algunos años, los grandes temas pendientes siguen siendo los mismos: pobreza, exclusión, mala o pésima distribución del ingreso, corrupción, ausencia de respeto a las leyes y al estado de derecho, fragilidad de las instituciones...

Tal vez con la excepción de Chile esos son problemas endémicos en América Latina, más pronunciados en algunos países que en otros, tristemente simbólicos del fracaso persistente de sus políticos, siempre ocupados en la búsqueda inútil de chivos expiatorios o de paraísos terrenales.

Lamentablemente toda...

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