Visión Mundial / ¿Humo Blanco?

AutorGabriel Guerra Castellanos

Mucho se discute y especula acerca de los hombres que podrían sucederlo. Si bien Juan Pablo II declaró ha no mucho que su sucesor podría no ser un Cardenal, lo cierto es que las miradas están puestas en unos cuantos de los integrantes del Colegio Cardenalicio.

El milenario procedimiento para elegir al nuevo Papa tendrá algunos cambios. Bajo las reglas sentadas por Juan Pablo II en 1996, en esta ocasión el Cónclave podría no alcanzar una mayoría de dos terceras partes: si después de 30 rondas de votación nadie alcanza los dos tercios, la elección será por mayoría simple, lo cual asegura una decisión relativamente rápida.

El Papa polaco se distinguió por muchas cosas, y al final resaltó su fortaleza espiritual ante tremendos desafíos de salud. Si bien hay muchos aprendizajes en su manera de enfrentar al dolor y el debilitamiento del cuerpo, los hay también en su congruencia, la firmeza de sus ideales y en su habilidad proselitista.

Juan Pablo II deja una profunda huella en el mundo moderno, y no sólo por lo largo de su papado, ni por el momento histórico que le tocó vivir, sino también porque como pocos se ocupó y se preocupó de dejar un legado para la posteridad.

Puso fin a la costumbre de dejar que los fieles fueran al Papa, y se dio a la tarea de recorrer el mundo. Si al inicio hubo quien criticara sus periplos, bien pronto quedó claro que como nunca este hombre buscaba acercar a la Iglesia católica no sólo a los creyentes, sino de muy importante manera a los no creyentes. El apostolado de Juan Pablo II tuvo éxito, particularmente en África, donde ganó a millones de conversos, y en América Latina, donde colocó un dique al rápido crecimiento de otras corrientes religiosas.

Más compleja fue la relación de la Iglesia con naciones como la antigua Unión Soviética, en la que enfrentaba lo mismo el ateísmo de Estado impuesto por los comunistas que la fuerte presencia de la Iglesia Ortodoxa. Tanto o más el caso de China, donde el catolicismo encara numerosos y mayúsculos obstáculos. Tampoco fueron grandes los éxitos en buena parte de Europa, donde muchos fieles se han alejado, y en Estados Unidos, donde el creciente número de católicos está dividido en torno a temas controvertidos.

Juan Pablo II se distinguió por su firmeza doctrinaria y -simultáneamente- por sus posturas de avanzada en cuestiones políticas y sociales. En lo que para algunos resultaba contradictorio, o al menos paradójico, se opuso siempre al control de la natalidad, a la vez que...

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