Visión Mundial / Demócratas en fuga...

AutorGabriel Guerra Castellanos

Apenas una semana después de los sorpresivos resultados de Iowa, que dejaron maltrecho al gran favorito, Howard Dean, y dieron un nuevo aliento a los Senadores John Kerry y John Edwards. El primero de ellos en particular revivió su campaña, y es ahora quien encabeza las encuestas en un estado conocido por sus abruptos cambios de opinión pública en este tipo de contiendas.

No es que sea New Hampshire altamente indicativo del pensar o sentir del resto de la Unión Americana. Por el contrario, este enclave de la más tradicional Nueva Inglaterra es considerado como demasiado sofisticado y liberal, lo que le da un tinte de izquierda que tiende a desbalancear el de por sí desmadejado mecanismo de selección demócrata. De hecho, hay quienes atribuyen sus pocos éxitos electorales a esta carga de izquierda al principio de las primarias, que hace que los demócratas terminen seleccionando a candidatos demasiado alejados del centro, con lo cual disminuyen sus posibilidades de triunfo.

Si tan sólo fuera tan sencillo, podrían cambiar el orden de las primarias. En realidad, el Partido Demócrata se encuentra sumido en una profunda crisis de identidad y de efectividad, que le ha hecho perder representación y peso político a nivel local y nacional. Sólo 12 de los últimos 36 años han ocupado los demócratas la Casa Blanca, y más por accidentes políticos que por méritos propios: Carter ganó en 1976 después de la debacle nixoniana en Vietnam y Watergate, mientras que Bill Clinton se impuso en 1992 en parte gracias a la loca candidatura de Ross Perot, que le restó votos a George Bush padre. Fue sólo en 1996 que la habilidad de Clinton para reinventar a su partido y moverlo hacia el centro le permitió reelegirse, y tal vez habrían conservado la Presidencia de no ser por la indecisa candidatura de Al Gore y por los conteos mapacheros de Florida.

Hoy las cosas no pintan bien para ellos. George W. Bush ha logrado, para sorpresa de muchos, imponer su agenda política y su visión internacional, sumando con frecuencia los apoyos de los mismos demócratas. Increíblemente, la oposición demócrata en el Congreso en Washington vota predominantemente con Bush, como si fuera este un Presidente con un amplio mandato popular, ya no digamos una legitimidad a toda prueba.

Es una medida de la crisis de los demócratas que, después de la cuestionable victoria de Bush en el 2000, le hayan cedido y concedido el beneficio de conducirse como el líder de la nación, cuando en realidad pocos...

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