VISIÓN ECONÓMICA / Las veleidades del capital externo

AutorSalvador Kalifa

La política monetaria expansiva de la Reserva Federal de Estados Unidos (EU), en especial sus dos rondas de relajamiento cuantitativo, inundaron de dólares a la economía mundial y beneficiaron financieramente a México. La muestra más clara es la tenencia de deuda del Gobierno federal en manos de extranjeros, que creció de manera espectacular en 18 meses.

Por ejemplo, su saldo al 31 de diciembre del 2009 equivalía a 23.9 miles de millones de dólares (mmd), mientras que un año después alcanzó los 48.1 miles de millones de dólares, esto es, durante el 2010 entró a México capital financiero equivalente al total que ingresó al País de 1995 al 2009. Este año la historia es similar. La tenencia de deuda en manos de extranjeros se incrementó en 50 por ciento durante la primera mitad del 2011.

Esta entrada de dólares contribuyó a apreciar el peso y a aumentar las reservas internacionales en Banco de México. El problema potencial de esta inundación de dólares es que el capital financiero no tiene la permanencia de la inversión extranjera directa. Por lo general, se mueve rápido según cambia la orientación de los vientos económicos.

Los acontecimientos durante la primera quincena de este mes fueron una clara demostración de ello. El nerviosismo financiero internacional y la expectativa de que un menor crecimiento de Estados Unidos afectaría negativamente a México, hicieron que el flujo neto de dólares cambiara de dirección y en unos cuantos días el peso llegó a depreciarse hasta en más de 7 por ciento en relación con la divisa estadounidense.

No considero, sin embargo, que esto representó un cambio permanente en cuanto a la tendencia de los capitales externos. Por ejemplo, el comunicado de la Fed del martes 9 de este mes, si bien tranquilizó los mercados por un día, ayudó a que el peso recuperara algo de terreno frente al dólar.

En las semanas y meses próximos el peso registrará una mayor volatilidad que en el pasado reciente, pero muy probablemente no sufrirá una depreciación significativa por el compromiso de la Fed de mantener las tasas de interés bajas en Estados Unidos hasta mediados del 2013.

No obstante, eso no es suficiente garantía para nuestra moneda. Pudiera haber un cambio más severo en el destino de los capitales si ocurre otra recesión en Estados Unidos o estalla, de veras, la crisis de deuda en la eurozona, aún sin que cambie de sentido la política monetaria estadounidense.

Si nos libramos de otra recesión y un trastorno en Europa, el...

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