VISIÓN ECONÓMICA / Pensiones en Chile

AutorSalvador Kalifa

Existen dos variantes principales del sistema de pensiones para los trabajadores. El esquema solidario, de reparto o de beneficios definidos, administrado por una institución pública, y el esquema de cuentas individuales de capitalización y contribución definida, administrado básicamente por entidades privadas.

El esquema de reparto prevaleció en los países con sistemas de pensiones desde el inicio de éstos en Alemania a finales del siglo XIX. Por casi 100 años, funcionó apoyado en dos factores. Las aportaciones de los recién ingresados al sistema financiaron las pensiones de los trabajadores en retiro y la alta mortalidad a principios del siglo pasado por enfermedades y guerras, acortó la expectativa de vida.

La reducción en la tasa de natalidad y el alargamiento de la expectativa de vida con el progreso de los cuidados médicos, presionó la sostenibilidad del esquema de reparto y, en muchos casos, las pensiones se financiaron con cargo a las finanzas públicas.

Ante esas realidades, se han intentado alternativas al esquema de reparto. Una de ellas, que comenzó en 1981, se realizó en Chile, sustituyendo ese esquema por el de capitalización individual, a cargo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Después, otros países de América Latina (México entre ellos) y de Europa del Este, principalmente, instrumentaron reformas similares. Es conveniente, por tanto, evaluar la experiencia del caso chileno para identificar los retos futuros que enfrentarán los sistemas más jóvenes como el nuestro, que comentaré la semana próxima.

Datos recientes de la Superintendencia de Pensiones (SP) en Chile indican que a junio de 2017 el valor total de los ahorros en los fondos de pensiones administrados por las AFP equivalió a 190.1 miles de millones de dólares, un 74.6 por ciento del valor del Producto Interno Bruto (PIB) anual. Los cotizantes totales al esquema de cuentas individuales representan poco más del 60 por ciento de la población económicamente activa.

En 2008, durante el primer período Presidencial de Michelle Bachelet, se modificó el sistema al eliminar la pensión mínima considerada inicialmente para los trabajadores que cumplieran los requisitos de cotización (20 años) y sustituirla por un "pilar solidario" que otorga una pensión a las personas de 65 años y más que se encuentren dentro del 60 por ciento de la población más pobre del país, independientemente de que hayan contribuido a las AFP. Adicionalmente, se introdujeron incentivos...

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