VISIÓN ECONÓMICA / Obsesión enfermiza

AutorSalvador Kalifa

El colapso de las economías por las medidas de contención del Covid-19 llevó a los Gobiernos de los distintos países a aplicar programas de apoyo fiscal y monetario extremadamente agresivos, transfiriendo el equivalente de cientos de miles de millones de dólares a empresas y familias para ayudarlas a sobrevivir la paralización de actividades.

Al mismo tiempo, el cierre de plantas y comercios, así como el temor de los consumidores, provoca un desplome de los ingresos tributarios. El resultado es más gasto y menos ingresos, esto es, un mayor déficit público, que muy probablemente será el más alto en casi un siglo y que los países tendrán que abatir una vez que se supere la emergencia sanitaria.

En tiempos normales, los economistas seríamos los primeros en oponernos a un aumento tan desproporcionado y rápido del déficit público. Pero éstos no son tiempos normales. En la situación actual, la preocupación es que por temor a una deuda pública creciente el aumento en el déficit sea insuficiente ya que, sin apoyo fiscal a las empresas y las personas, se corre el riesgo de que la economía caiga en una espiral desastrosa de cierre de negocios y desempleo.

México, por su parte, corre precisamente ese riesgo, al ser uno de los muy pocos países en el mundo que no aplica una política fiscal expansiva. Esto se debe a que el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene una obsesión enfermiza por el equilibrio presupuestal y sus proyectos faraónicos, que considera cura de todos los males.

Él paralizó el País, recortó el gasto en diferentes rubros, redujo los sueldos de los puestos medios y altos en la burocracia, canceló diversas partidas y se hizo del dinero de otras, no para apoyar a las empresas y trabajadores que sufren por su decisión, o para comprar equipos médicos y miles de kits de prueba, sino para transferir recursos a sus programas asistenciales y proyectos mascota.

En efecto, el 24 de abril emitió un decreto que impulsa sus ocurrencias obsesivas. Ahí plantea diversas medidas de austeridad, totalmente contrarias a las acciones fiscales que se aplican en el resto del mundo. Sus propuestas no se orientan a aliviar los daños económicos de la pandemia...

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