Visión Económica/ La bola de cristal

AutorSalvador Kalifa

El año pasado también comenzó en México con previsiones favorables, en parte por el éxito de nuestra transición democrática del 2000. Sin embargo, los resultados económicos fueron desalentadores en producción y empleo, aunque ejemplares en el terreno financiero.

El Producto Interno Bruto (PIB) registró una contracción marginal, quizá de 0.2 por ciento, y se perdieron miles de empleos por primera vez desde la crisis de 1995. Estas complicaciones en el sector productivo contrastan, sin embargo, con una evolución positiva de las variables monetarias.

La inflación se ubicó en 4.4 por ciento y las tasas de interés descendieron a niveles nunca vistos (Cetes a 28 días en 6.75 por ciento la última semana del año). El peso, por su parte, sorprendió como la segunda moneda más fuerte del mundo, fortaleciéndose en relación con el dólar estadounidense.

Ahora toca entrar al terreno de las previsiones y preguntarnos ¿Qué deparará el 2002? ¿Cómo se ve el entorno externo y en qué forma afectará nuestro desempeño? ¿Qué pasará con el PIB, la inflación y las tasas de interés? ¿Cuánto durará la fortaleza del peso?

He señalado en diversas ocasiones que es poco el margen de maniobra de las autoridades mexicanas para afectar de manera sensible el derrotero de la actividad económica en el corto plazo. Las torpes adecuaciones tributarias no ayudan a cambiar esa conclusión. En consecuencia, el momento y la fuerza de la recuperación de nuestra economía dependerán, principalmente, de lo que suceda en Estados Unidos.

Las noticias sobre la economía estadounidense todavía no son claras, pero hay confianza que las medidas de la Reserva Federal lograrán que comience a mejorar en el segundo trimestre de este año. Esta expectativa coincide, por cierto, con la experiencia sobre la duración de otras recesiones estadounidenses, cuyo promedio fue alrededor de once meses, con las más prolongadas de 16 meses.

Por tanto, con algo de suerte, es probable que la economía norteamericana haya recorrido más de la mitad del camino de esta recesión, que comenzó en marzo del 2001. Eso muestran, por ejemplo, su índice de indicadores líderes dado a conocer ayer martes, el cual subió en diciembre por tercer mes consecutivo, así como una encuesta reciente que espera una recuperación durante el primer semestre, para cerrar el año con un crecimiento cercano al 1 por ciento y un avance más vigoroso en 2003.

Estas expectativas, en la medida que se materialicen, son buenas noticias para México. Pero...

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