VISIÓN ECONÓMICA / Ventana temporal

AutorSalvador Kalifa

La política monetaria laxa de los bancos centrales de los países desarrollados llevó las tasas de interés a niveles históricamente bajos, aumentando la liquidez de manera extraordinaria y estimulando considerablemente a los mercados bursátiles globales.

La estrategia de inyectar liquidez ha deprimido los rendimientos financieros a niveles no vistos en décadas, con la esperanza de convencer a los inversionistas para que adquieran activos más riesgosos y que las empresas y los consumidores gasten más.

Los rendimientos de los papeles gubernamentales de corto plazo en esos países están cerca de cero, y los de los bonos a 10 años alrededor del 2 por ciento. Los inversionistas han optado, así, por inversiones con mayor riesgo, en instrumentos de deuda de menor calidad y pagando precios altos por las acciones, tanto dentro como fuera de sus países de origen.

Las compras de papel gubernamental por parte de los bancos centrales de los países desarrollados han disminuido la oferta de esos papeles disponible para los inversionistas, lo que los obliga a destinar más recursos a activos con mayor riesgo.

Al buscar otros destinos de inversión contribuyen a apreciar las monedas de las naciones emergentes, comprando acciones, deuda privada y bonos gubernamentales con lo que, por un lado, elevan las cotizaciones bursátiles y, por el otro, las empresas y gobiernos financian su gasto con tasas muy atractivas.

En efecto, las bajas tasas de interés no sólo han obligado a los inversionistas a buscar alternativas más rentables para su dinero, sino que además han facilitado a los gobiernos y a las empresas contratar más crédito y servir sus deudas.

Ese es el caso de nuestro país, donde gobierno y empresas han aprovechado las condiciones crediticias tan atractivas para elevar su deuda y servirla de manera más holgada.

Por un lado, la deuda del sector público pasó del 22.5 por ciento del PIB en el 2006 al 35.5 por ciento en el 2012, para un total equivalente a 417 miles de millones de dólares, de los cuales alrededor del 36 por ciento está en manos de extranjeros.

Por otro lado, las empresas han contratado deuda a tasas, plazos y términos no vistos en el pasado, mientras que aquellas con un pasivo elevado tuvieron un respiro al darle servicio a tasas bajas.

No cabe duda de que éste ha sido el entorno ideal para que las empresas mexicanas contraten créditos a tasa fija al mayor plazo posible. Mientras tanto, las compañías con una carga financiera onerosa aprovechan...

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