Visión Mundial / Popurrí de Verano

AutorGabriel Guerra Castellanos

Son esos sólo algunos de los muchos encabezados recientes que me han puesto unos a reflexionar y otros a temblar. El ocio veraniego no parece ser aplicable a las noticias internacionales, así que ante la indecisión que el estío suele provocarme, procuraré referirme, aunque sea brevemente, a varias de ellas.

Comenzaré con la visita del para algunos non grato presidente del gobierno español. Pocas veces observamos la multitud y diversidad de temas y simbolismos abordados durante la estancia en México de José Luis Rodríguez Zapatero, ya por él, ya por sus anfitriones voluntarios e involuntarios.

El del terrorismo era por supuesto uno, si entendemos primero el impacto que para su llegada al poder tuvieron los atentados terroristas del 11 de marzo y la mala reacción del entonces presidente Aznar, que le costo la elección siguiente, y después el reciente rompimiento unilateral de la tregua por parte de ETA.

Coincidiendo la visita con los atentados que se atribuyo el EPR en nuestro país, era inevitable que los dos presidentes, Zapatero y Calderón, se refirieran al combate al terrorismo como una causa común.

Me parece un exceso retórico igualar, así sea implícitamente, el terrorismo de ETA con los pueriles intentos del grupo armado mexicano. Yo no me atrevería a poner en términos similares a ambos grupos, ni por sus motivaciones, ni por su historial ni por sus respectivas importancias o irrelevancias.

Por el contrario -y aquí me desvío por un momento hacia Londres-, tiendo a coincidir más con la línea que ha marcado el nuevo premier británico, Gordon Brown, quien ha optado por llamar a los criminales por su nombre antes de conferirles la macabra distinción que les da el mote de "terroristas".

Tal vez -parecería pensar Brown-, la glorificación del terrorismo llama a más adeptos que la descripción exacta de quien comete un acto criminal.

Me pregunto cuántos individuos aislados, frustrados, en busca de un significado para sus grises existencias, no ven hoy en el terrorismo la romántica salida a una vida sin sentido.

Pero, de regreso a México y a Rodríguez Zapatero, estuvo también en su agenda el recordarnos a los mexicanos nuestra alguna vez generosa tradición del asilo.

Al reunirse con quienes fueron los niños y niñas de Morelia, recibidos en el más triste momento de su patria por Lázaro Cárdenas, nos obligó a reflexionar acerca de cómo fue que México perdió su vocación humanista para convertirse, hoy, en el infierno para cualquier emigrante que...

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