Visión Mundial / La reforma migratoria y la muerte política de Bush

AutorGabriel Guerra Castellanos

La tan llevada y traída reforma migratoria es su más reciente víctima, bien acompañada por las iniciativas estadounidenses en Medio Oriente; el presupuesto para la guerra en Irak; la relación con Rusia; la Cumbre del G8; el fallido nombramiento del Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y el futuro político del Procurador Alberto Gonzales.

No terminan ahí los contratiempos de Bush, que ha visto fracasar sus iniciativas en materia fiscal y de salud y que enfrenta ya no sólo la mayoría opositora en ambas Cámaras legislativas, sino que además ve como paulatinamente su propio partido lo abandona a su suerte.

Pocos presidentes estadounidenses entran a su último bienio tan debilitados, con índices de aprobación tan bajos, con aliados tan desmoralizados como ahora lo hace Bush.

En lo interno y lo externo, el presidente parece ya más que un "pato cojo" un cadáver viviente, el zombi de la Casa Blanca.

Como en aquellas películas de terror baratas en que el protagonista deambula por el mundo sin tener conciencia de su condición, Bush viaja, da entrevistas y pronuncia discursos como si todavía estuviera vivo, como si aún conservara intactos la influencia, el prestigio y respeto que alguna vez le trajo su cargo.

Los otros muertos vivientes a su alrededor se conducen de igual manera, en una suerte de círculo buñuelesco en el que nada tiene final, en el que todos se sientan a la mesa una y otra vez pero no logran degustar bocado porque están predestinados a no poderlo hacer.

Así, Condoleeza Rice declara que la historia será más benevolente con Bush que los encabezados periodísticos (tiene razón al menos en lo que a éste en particular se refiere).

Su visión es claramente de largo, muy largo plazo, como corresponde a cualquiera que busque el beneplácito de la historia y que no tenga por demás que preocuparse por cuestiones terrenales que sólo nos afectan a los mortales. Para los muertos en vida no hay mejor juicio que el de la eternidad, y a ese parece apostarle la Sra. Rice.

Que bueno que así sea, porque en la temporalidad terrenal las probabilidades de éxito de su jefe son más bien pocas...

Ni en el terreno de la política, ni en el de la diplomacia, ni en el de la justicia ni mucho menos en el de la ética y la moral tiene Bush esperanzas de pasar examen histórico alguno.

Veamos si no: el presidente estadounidense yace ya en el ataúd de las encuestas de opinión, del que difícilmente un ser humano normal podría levantarse.

Sus índices de aprobación...

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