Violencia contra los niños
| Autor | Elena Azaola |
A diferencia de otros países, México no cuenta con un registro nacional único que nos informe del número de niñas y niños que cada año sufre alguno de los distintos tipos de abuso o de maltrato que usualmente reconocen las clasificaciones que existen acerca de este fenómeno.1 No obstante, cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad y conviva con poblaciones infantiles, habrá notado que en nuestro país existe un alto nivel de tolerancia para con las distintas formas de violencia que cotidianamente se ejercen en contra de los niños. Como ocurre a menudo, la sabiduría común no encuentra respuestas en las cifras oficiales.
Baste mencionar brevemente algunas de las cifras oficiales que intentan medir la violencia que se ejerce en contra de los niños. De acuerdo con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, durante el periodo de 1999 a 2004 ha venido atendiendo entre 20 y 25 mil casos anuales de maltrato infantil, ocupando el primer lugar los casos de maltrato físico seguidos por los de omisión de cuidados. Por su parte, el Sistema de Salud reportó que, durante 2002, atendió a un total de 19 mil 113 menores de 14 años por hechos de violencia. Sin embargo, de esta cifra sólo mil 775 casos quedaron registrados como producto de violencia familiar, cifra que contrasta fuertemente con la de 291 mil 383 casos atendidos por lesiones etiquetadas como accidentales entre los menores de 0 a 14 años durante el mismo año. Ello quiere decir que, como lo han constatado numerosos estudios sobre el tema,2 es posible que muchas de las lesiones clasificadas como accidentales hayan sido, en realidad, consecuencia de actos de violencia ocurridos en la familia. Por lo que se refiere a los casos tramitados ante las instituciones de justicia, durante el periodo de 1997 a 2003 las procuradurías atendieron un promedio de 7 mil 600 violaciones o abusos sexuales cometidos en contra de menores de edad por año.
Este es, a grandes rasgos, el panorama que ofrecen los registros oficiales. Sin embargo, y dado que se reconoce que a dichas fuentes sólo llega una mínima parte de los casos que realmente ocurren, en distintos países se ha optado por preguntar a los propios niños, a través de encuestas, acerca de los actos de violencia que sufren. En México no se han diseñado expresamente encuestas con este propósito pero ha habido dos ejercicios recientes de consulta que se han emprendido de manera paralela a las elecciones federales y legislativas de 2000 y...
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