Vinos / ¿Habrá retorno a lo francés?

AutorRodolfo Gerschman

También en el vino el avance tecnológico de los últimos 30 años es tan importante y ha sido tan rápido, que finalmente la percepción que se puede tener del fenómeno es borrosa, justamente como la de un vehículo que pasa a altas velocidades frente a los ojos.

Hace unos días un importador de vinos, decidido a traer por primera vez una línea de vinos franceses, cavilaba: ¿crees que el vino francés volverá a ser el fenómeno que fue hace un par de décadas en México? No sé si tanto, pero sí creo en su retorno, después de ser opacado durante décadas por chilenos, españoles o argentinos.

En verdad no tengo como probarlo (tampoco se me ocurrió hacerlo cuando me preguntó mi amigo importador); es sólo intuición. Y también deducción. Mi análisis parte de que el vino francés fue víctima del avance tecnológico de las últimas décadas (a pesar de que éste se debe en gran parte a los estudios de franceses como Louis Pasteur o Emile Peynaud) y de un fenómeno muy relacionado: el apogeo del Nuevo Mundo del vino.

En estos días recordé la anécdota, posiblemente real, acerca del origen del tanque de acero inoxidable: el difunto bodeguero Robert Mondavi ve pasar frente a su bodega, en Napa Valley, un transporte de leche y exclama ¡eureka!, hay que probar ese tipo de contenedor. Y nace el nuevo tipo de tanque reluciente con control incorporado de temperatura que dominará la producción de vinos durante cerca de cuatro décadas.

Durante algún tiempo, parte de los productores franceses permaneció al margen de este "descubrimiento", cuya importancia radica, sobre todo, en que la higiene y el fantástico control de temperatura que permite el nuevo material, se traduce en vinos más frutales, más frescos, más limpios en sus aromas y sabores.

El perjuicio no se hizo tan notable para los grandes vinos franceses por los cuidados que permite la elaboración en pequeña escala -los Grands Crus de Burdeos representan apenas el 5 por ciento de la producción total de esa región- a partir de una fruta privilegiada. Y, de hecho, su demanda no ha cesado de crecer.

Pero el trancazo sí se hizo notar con los vinos de volumen, que tardaron en modernizarse, lo cual aprovechó el Nuevo Mundo vinícola (Australia, Nueva Zelandia, Chile) para ganar mercado. Sin embargo, desde hace cerca de 10 años estoy encontrando un cambio radical en franceses de volumen, un fenómeno que abarca desde Burdeos a Alsacia, pasando incluso por Borgoña y la Loira.

Sus productores...

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