Vinos / Fin de curso

AutorRodolfo Gerschman

VERONA, Italia.- Ya terminó el concurso, descansan en paz los set de copas y de planillas que llenamos como diligentes escribidores de la notaría Buoninconti. Repaso las cuentas para ver la magnitud del ejercicio: 47 vinos catados cada día por 21 comisiones, es decir casi mil vinos diarios durante 5 días, los dos últimos dedicados a repaso: los 12 mejores de cada categoría fueron nuevamente probados para elegir a aquellos que estarán en los primeros puestos: gran medalla de oro, medalla de oro, plata y bronce.

Todo esto en un espacio despojado, iluminado sobriamente, bajo la mirada vigilante del Dottore Giuseppe Martelli, director general de la Asociación de los Enólogos Técnicos Italianos y presidente de la Unión Internacional de Enólogos. Giuseppe podría ser un personaje de los que actuó Marcello Mastroiani en sus últimos años, un italiano de nuestro imaginario: formal, decente, funcionario hasta la exageración (y la exasperación), fascinado por los rituales.

Creo que la música en el salón antes de iniciar las catas y durante el break, contribuyó a sugerirme esa imagen: de ascensor, pero de los 1960. Y como ser sesentero es algo natural en mi generación, podía reconocer todo: temas que hicieron populares Rita Pavone o Domenico Modugno, de películas como La Dolce Vitta o de La Vuelta al Mundo en 80 Días. El último día, sin embargo, nos tocó Elvis Presley, no orquestado sino con su propia voz, tal vez encarnando, si se puede decir así, la alegría de la labor cumplida.

Más del contexto y de Giuseppe: nosotros los catadores, sentados según nuestro número de comisión probamos los vinos que nos ponen delante en perfecto silencio. Él, nuestro sacerdote oficiador, nos observa desde un atril. Si alguien cree que el vino no está en buen estado, levanta la copa. Él pide entonces al "bravi sommelier" que abra una segunda botella. Recomienda silencio y éste es absoluto. Recomienda apagar los celulares (utiliza el termino "controlar") y no suena uno en cinco días.

Los sommeliers también actúan como ejército disciplinado, en el que cada movimiento tiene sentido y ha sido cuidadosamente estudiado. Son 21, uno por comisión, y cada cuatro minutos sirven un vino diferente. Primero se...

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