Vinos / ¿Descalabro europeo?

AutorRodolfo Gerschman

Mientras escribo, los líderes europeos discuten sobre un paquete de ayuda a Grecia que creará más deuda entre los endeudados. A menos, claro está, que esa ayuda relance el crecimiento, lo que ayudaría a pagarla. Como en estos asuntos siempre conviene ser optimista (no sé quién decía que el pesimista sufre tres veces: antes, durante y después del hecho) no me sumaré al coro griego (nunca mejor dicho) que lamenta desde ahora lo que sobrevendrá después.

No soy el único en vivir esta crisis con algo de esa ligereza que viene, lo admito, de no estar allí. Pero también hay otras razones. Una de ellas es que he vivido en el viejo continente y lo visito de vez en cuando, así es que puedo poner el problema en perspectiva y considerar el enorme abismo de bienestar que separa a sus habitantes de los nuestros (exceptuados algunos países integrados recientemente a la Unión Europea).

La otra razón es el vino. No es porque ayude a olvidar, sino porque veo que sigue en buen pie. Obvio que siempre habrá bodegas a las que les va mal y que en Europa abundan las que están en venta. Pero España, por ejemplo, sufre en general mientras sus exportaciones de vino, por el contrario, crecen.

Es lo que me transmitió esta semana Ignacio Barco, propietario de la bodega Pago del Vicario. Ésta se halla en plena expansión. En los últimos cinco años ha levantado dos bodegas más, Pago del Mare Nostrum, en Sierra Nevada y Soto del Vicario en el Bierzo. La primera de ellas está en el viñedo más alto de Europa, a mil 500 metros, en la sierra de Almería, plantado sobre todo con Pinot Noir, una uva que nunca ha tenido mucho éxito en la península.

La bodega del Bierzo, entretanto, trabaja con dos cepas que ya son emblemáticas para la región: Mencía en tintos (Men) y Godello en blanco (Go). Los vinos que salen de estos viñedos, dice Ignacio, se inscriben en una "nueva onda", apreciada por generaciones más recientes, cuya apertura ha permitido recuperar variedades autóctonas olvidadas, que "sólo la tecnología actual permite rescatar".

Dicho en otros términos, fueron abandonadas por las dificultades para cultivarlas, pero hoy día éstas se compensan con manejo enológico y en el viñedo. ¿Y cuál es el sentido de recuperar cepas olvidadas? "Son vinos nuevos dirigidos a gente distinta", responde Ignacio. En Europa, agrega, hay un movimiento cada vez mayor hacia lo pequeño, y cada vez más los productores trabajan con diferentes distribuidores en cada país, rompiendo con el esquema de...

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