Del vino y los origenes
| Autor | Amador Griño |
Con más de cuatro mil años de antigüedad, esta convivencia entre la especie humana y el mosto fermentado de la uva al que se denomina vino, ha experimentado tantos cambios y avatares como la historia misma de la especie.
Compañeros de viaje posiblemente desde la prehistoria, y si bien los historiadores del vino no tienen la absoluta certeza sobre el momento en que comenzó el proceso de viticultura, se puede constatar que éste ha conquistado todos los continentes, bien por ser autóctono o bien por acompañar a los nuevos allegados.
Así, por ejemplo, en 1522 se plantaron en México las primeras cepas, lo que convierte a este país en el productor más antiguo del continente americano.
Este precioso líquido, que tantos odios y pasiones ha suscitado, ya que nunca ha dejado indiferente a ninguna cultura que lo haya conocido, ha sido denostado, prohibido o sacralizado. El vino, indudablemente, es en la cultura occidental y latina el líquido más sagrado que posee.
Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, son más de cuatrocientas las veces que se cita al vino. Aunque para los cristianos es la hierofanía* más importante de sus creencias, y en él se manifiesta la divinidad en su plenitud después de la consagración ritual eucarística.
Otras religiones lo consideran un regalo divino, y este regalo ha sido ofrecido por Osiris en Egipto, por Siva en la India, Pohhi en la China, Dionisio en Grecia y por Baco en Roma, no cabe duda que a todas las divinidades les ha gustado empinar el codo.
Se puede imaginar, sin recurrir a Steven Spielberg, a los antepasados en taparrabos hace más de 6 mil o 7 mil años elaborando vino a partir de uvas silvestres.
Parece ser que su nacimiento se produjo en el Asia Menor, desde donde se expandió hacia Grecia y al resto de Europa por una parte, hacia el lejano Oriente por otra, y hacia Egipto y al norte de Africa cerrando el Mediterráneo.
Los arqueólogos aún no han podido documentar la existencia de su cultivo en Egipto y Mesopotamia antes del cuarto milenio a.C., pero se encuentran referencias antiquísimas en cualquiera de las culturas históricas.
En China, en el 2285 a.C., el Emperador impuso una importante sanción a un comerciante que había mezclado vino de uva con vino de arroz. Al divino Emperador no le gustaban los cocteles.
Los egipcios no se quedaron a la zaga, y los faraones ya disponían de maestros bodegueros que conocían incluso las técnicas del coupage o mezcla de mostos, e incluso los transportaban en ánforas selladas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba