Vigor en el aire

AutorÁlvaro García

Aprender a confiar y trabajar con tu cuerpo y el de otra persona al mismo tiempo son los objetivos del acroyoga, una práctica que está ganando seguidores alrededor del mundo.

Esta disciplina, surgida en San Francisco en el 2003, combina la sabiduría del yoga, el dinamismo de la acrobacia y la suavidad del masaje tailandés, explica Quetzal Ríos, profesor de acroyoga en Guadalajara.

No tienes que ser gimnasta olímpico o un yogui experimentado para iniciar a practicarlo, lo único que necesitas son ganas de compartir con otros tu ejercicio, voluntad para vencer el temor a estar invertido y salir del tapete para "volar".

"Mucha gente tiene la idea de que es una disciplina muy difícil, pero sólo necesitas tener ganas de enfrentar tus temores a las inversiones, parados de manos, rotaciones y conocer tus limitaciones para crear valentía y superarlas", agrega Ríos, quien fue alumno de Jason Nemer, cofundador de este tipo de yoga.

Una clase comienza con estiramientos, abdominales que ayudan a fortalecer el cuerpo, movimientos de equilibrio y concentración para cultivar tu capacidad de entrenar con otros; a estas posturas se les conoce como solares.

Después, los ejercicios son posturas de masaje tailandés, vuelo terapéutico y yoga en pareja, que son llamadas lunares, y su objetivo es que el donante y el receptor se sientan seguros y equilibrados.

Las inversiones o parados de cabeza dan la oportunidad de construir confianza, es por eso que durante la práctica de acroyoga existen tres roles: base, volador y observador, mientras el primero es el soporte, el segundo realiza la postura en el aire y el tercero cuida que todo ocurra de forma segura.

La libertad de volver a sentirte como un niño elevado sobre los brazos o piernas de un adulto es una experiencia que genera alegría, sin embargo, a medida que creces, dejas de experimentarla, así que es momento de dejar el miedo y la individualidad y buscar la experiencia colectiva y los beneficios físicos y mentales que el acroyoga ofrece.

CONECTAR EN PAREJA

Si el yoga tradicional te parece solitario y buscas una actividad para compartir en pareja, el acroyoga puede ayudarte a mejorar aspectos físicos y emocionales con la cercanía y complicidad que ofrecen las asanas (posturas).

"Tener una pareja fija en las dinámicas ayuda a fortalecer sus lazos, es muy enriquecedor poder acompañar un proceso de aprendizaje con alguien y crecer juntos", agrega Quetzal Ríos, quien ha practicado con la también yogui Cecilia...

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