VIGÍA DE BOLSILLO / ¿Quién cumplirá?

AutorSofía Orozco

Al ritual de dar abrazos para desear un feliz año nuevo lo han sustituido a la perfección los mensajes cortos vía celular y las infalibles presentaciones hechas en PowerPoint por algún ocioso inspirado, enviadas a puños por correo electrónico. Además de que resultan más prácticos, más higiénicos y menos cansados que el estrujón físico, tienen la gran ventaja de facilitarnos el desenvolvimiento y la cursilería: dicen cosas que pocos se atreverían a repetir en persona sin que les gane la pena o la risa.

De esta manera, un simple y habitual: "mis mejores deseos para el año nuevo" puede convertirse en una sofisticada reflexión que mezcla budismo y filosofía clásica, salpicada de valores cristianos y algún proverbio chino atribuido a un sujeto de nombre anglosajón que de seguro nadie conoce porque ni siquiera existe. Así, una aburrida vista real de nuestro frente abriendo los brazos, seguida de una vista lateral y un acercamiento a la oreja, cabello, cachete y zonas circunvecinas, puede volverse una virtual colorida sucesión de imágenes musicalizadas con pueblitos nevados, jardines floridos o aves en pleno vuelo. Quien no haya recibido al menos uno de estos ejemplares cibernéticos en su cuenta de correo, no puede decir que ha recibido cabalmente el nuevo año.

Pues no sé si de forma premeditada o tan sólo víctima de esa aceptada comodidad de felicitar con un mensaje masivo escrito por alguien más, hace unos días recibí un correo que me invita a ejercitar un difícil triple propósito de año nuevo: no quejarme, no criticar y no contar ningún chisme de nadie, durante 21 días seguidos. A punto estaba de quedar convencida y hacer mío el loable proyecto, cuando recordé que hoy entran en funciones los nuevos alcaldes metropolitanos, y que ayer dijeron adiós (o hasta pronto) los últimos alcaldes de esta era panista.

Sobrevivimos a un ciclo de 15 años de representantes panistas y aunque seguiremos con ellos en el Gobierno del Estado, las principales alcaldías estarán ahora presididas por priistas y, algo nunca visto, también habrá un perredista.

Los panistas no hicieron más que venir a comprobar que, desde afuera, todo se ve muy mal, y...

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