VIGÍA DE BOLSILLO / ¡Lotería!

AutorSofía Orozco

Nos gusta la vida fácil. Preferimos ir sentados a vuelta de rueda en nuestro automóvil, que caminar o andar en bicicleta; tiramos la basura al piso para evitar la fatiga de buscar el bote más cercano; soñamos con el supersueldazo que según nuestro fuero interno merecemos y siempre nos preguntamos cuándo se nos irá a aparecer una anciana tía a punto de morir, dispuesta a dejarnos herencia.

Con decirles que en casos extremos los seres humanos son capaces de votar a favor de iniciativas hiperultraconservadoras promovidas por el partido político enemigo, o incluso, en un santiamén, pasar de ser un radical de la derecha a candidato a Alcalde por el PRD. Todo sea por una vida cómoda y con facilidades.

Incomodidades, ninguna; inmoralidades, las necesarias, dice el dicho, y es que haciendo caso al iluminado guía espiritual de los que están "a favor de la vida" (como si todos los demás fuésemos Zetas, a favor de la muerte): de que no hay rico que se haga rico trabajando, y como ser rico y sin esfuerzo parece ser la meta más codiciada entre el género humano, es mejor ir atajando el camino.

Vivir del presupuesto, uno de los modos más efectivos que se conocen para lograr el objetivo en cuestión, es un recurso saturado, hay miles de colmilludos profesionales en la materia saltando felices de un puesto a otro y muy difícilmente dejarán ese competidísimo espacio libre; entonces nos quedan otros caminos que implican riesgo, trabajo sucio y no deben ser nada gratos: al hacerse narco, asesino a sueldo o lavador de dinero se acaba perseguido, preso o muerto y además no es tan descansado como uno quisiera, así que la mejor opción es apostarle al azar.

No por nada las filas para el Melate son más nutridas que las de las tortillas, los boletos de rifas de lo que sea se venden como pan caliente y es posible escuchar las cosas más absurdas de boca de quienes tienen la certeza de que su vida va a cambiar en un tris, y ya convencidos, no tienen empacho en vender los becerros cuando todavía no ha parido la vaca: "mijitos, en cuanto nos cambiemos a la casa del TEC ustedes dormirán aquí, su hermana en la habitación marrón y ese florerote con bambúes de pésimo gusto va ir directo a la basura", o "voy a meter a mi bebé al concurso Gerber para que me saque de pobre" son las contundentes frases de los que, muy en serio, creen que su futuro va a cambiar sin trabajar.

Y no es por traer a colación el pecado original y sus terribles consecuencias, hoy tan en boga entre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR