VIGÍA DE BOLSILLO / Fin de sexenio

AutorSofía Orozco

Estamos a punto de comenzar el noveno mes de 2018. El año se esfuma. Mañana nuestro Presidente entregará ante el Congreso de la Unión su sexto y último Informe de Gobierno; y el lunes 3 de septiembre nos recetará un mensaje en cadena nacional.

Se supone que aquellos informes soporíferos, de discurso eterno y loas inagotables, fueron desterrados por insoportables; lo que no sabíamos es que ahora nos lo darían multiplicado y en abonos: spots de radio y televisión que pueden durar hasta 2 minutos, repetidos hasta la náusea.

En sus videos se le puede apreciar así como es él, hablando como si todo fuera cómodo y casual, con su gesticulación y sus manos en movimiento, levantando la ceja, parpadeando. Hablando como si estuviera contando cualquier cosa: lo que soñó la noche anterior, a dónde fue en sus últimas vacaciones o cómo se prepara la barbacoa estilo Hidalgo.

Según él, se ha dedicado a cerrar las brechas y extender e igualar las oportunidades para todos, y aunque reconoce que no alcanzó algunos objetivos, dice estar satisfecho porque "el México de hoy es mejor que el de hace 6 años".

¿Mejor en qué, nos preguntamos todos? Quizá más resistente, más cansado, menos tolerante, más proactivo ante la injusticia, más observador, más quejumbroso, más fiscalizador, más dividido, más enojado.

También más empobrecido, más violento, más corrupto, más impune, más fuera del orden, más débil, más desprotegido, más injusto, más terrible, más perdido.

Como él mismo diría en repetidas ocasiones durante su sexenio: es cosa de percepción.

Podrán tapizarnos de cifras el universo, y nada nos hará cambiar de idea. El Gobierno del país en las manos de EPN ha sido triste y fracasado.

Del "Saving México" en la portada de la revista Time al "Despeñadero" en pocos y concretos pasos: el Pacto por México; el escándalo de la Casa Blanca y su expiación a través del fiel Virgilio Andrade; un manojo de Gobernadores corruptos, incluido Javier Duarte; el caso Odebrecht y el impune Lozoya; la estafa maestra, con sus triangulaciones y empresas fantasma; la invitación al entonces candidato Trump, junto al nombramiento del Secretario de Relaciones Exteriores que "venía a aprender"; el mortal socavón, y su fidelidad a su Secretario de Comunicaciones y Transportes; la fuga del "Chapo" Guzmán; pifias y pifias con sus calcetines, con su pronunciación en el idioma inglés, con su percepción del tiempo; su tibieza ante Trump y el Muro; y, entre todo...

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