VIGÍA DE BOLSILLO / De chaparros y derramas

AutorSofía Orozco

El conteo no puede dar datos exactos porque cada día aumentan las quejas recibidas por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco en torno al caso de la donación más afamada del Gobernador. Hasta ahora suman más de mil 190 (más las que se acumulen), sin duda una cifra digna para el Récord Guinness.

Y no es que uno prefiera al idílico escenario de formación de líderes llamado Espacio Televisa, ni mucho menos a Jacqueline Bracamontes sólo por ser notoriamente más bonita que el grueso de nuestros prelados, no. Si la queja masiva le tocó al proyecto magnánimo que promueve la Iglesia Católica local fue por mera acumulación de piedritas en el buche.

La queja, hay que decirlo puntualmente, no es contra la construcción del Santuario de los Mártires, allá ellos si creen que así honran las enseñanzas cristianas y allá ellos si consideran financieramente viable recabar varios miles de millones de pesos vendiendo varios miles de nichos mortuorios a razón de hasta 22 mil pesos cada uno.

Tan es cierto que no se está en contra de su edificación, que puedo asegurar que más de algún miembro de los quejosos en la CEDHJ o de las "minorías" que hemos externado nuestra molestia por el donativo de Estado en honor de la causa cristera, hemos contribuido económicamente al proyecto. Y no digo que la contribución haya sido del todo consciente: quizá en la misa de boda a la que asistió recientemente, usted, como perro de Pavlov, vio el cesto y al oír la campanita ya tenía el billete en la mano; o quizá simplemente no se resistió a los antojitos y postres caseros de la kermés dominical. Como quiera que sea, allá han ido a parar algunos de nuestros centavos; así pues, que la iglesia se construya, si es que acabalan los fondos.

Si por algo se tendría que preocupar el Arzobispado es por la editorial un tanto ofensiva de El Semanario del domingo pasado. Mira que calificar de pensamientos "chaparros" a lo que ellos consideran mediocre y negativo, eso es una franca agresión contra los derechos humanos de los que apenas alcanzamos el metro y medio de estatura, y vaya que somos legión. Cuidado y se interponga la primera queja ante la Comisión, porque entonces sí que los aludidos colapsaríamos los sistemas y saturaríamos las calles en busca del respeto perdido. Finalmente, así nos hizo Dios ¿o no?

Pero por ahora pueden estar tranquilos, la queja masiva es contra el autoritario acto de otorgar dinero público a un fin no prioritario en la lista de necesidades de nuestro...

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